Runa Jazz trabaja en la creación de su segundo álbum

El grupo Runa Jazz se formó en el 2017 como un proyecto de fusión de ritmos tradicionales y contemporáneos. Foto: cortesía Runa Jazz

El grupo Runa Jazz se formó en el 2017 como un proyecto de fusión de ritmos tradicionales y contemporáneos. Foto: cortesía Runa Jazz

El grupo Runa Jazz se formó en el 2017 como un proyecto de fusión de ritmos tradicionales y contemporáneos. Foto: cortesía Runa Jazz

La fusión de la tradición musical andina y afrodescendiente con el jazz dio nacimiento a un proyecto inédito en el país conocido como Runa Jazz. Tras el lanzamiento de su primer álbum, la agrupación ecuatoriana trabaja en la producción de una nueva placa discográfica.

El proyecto nació en el 2017 como un grupo de artistas indígenas, afros y mestizos dispuestos a explorar territorios musicales. Curi Cachimuel fue quien impulsó este proyecto, que surge como parte de una experiencia vital y un proceso de formación profesional.

De origen kichwa otavalo, Cachimuel heredó el talento y gusto musical de sus hermanos con quienes formó el grupo Yawar Wauki, que luego cambió su nombre a Yarina.

Curi se inició a los siete años en la danza y a los nueve tomó su primer instrumento: el bandolín. También aprendió charango, zampoña y quena y complementó su formación musical en la Unidad Educativa Luis Ulpiano de la Torre, en Cotacachi, donde se familiarizó con la guitarra, flauta y saxo.

En el Colegio de Música de la Universidad San Francisco de Quito se encontró con otros artistas que comparten su visión creativa. Luigi Bolaños (batería), Nicolás Cruz (piano), Juan Villarreal (guitarra), Carlos Quilumba (saxo), Nayri Cachimuel (trombón), Álex Paza (bandolín), Juan Tapias (bajo) y Curi Cachimuel (vientos) son parte de la formación actual de Runa Jazz.

En el 2018 salió a la luz Afro ‘Kichwa’, el primer disco de la agrupación en el que se expone su identidad musical a partir de la mixtura cultural y una selección de temas instrumentales y cantados. “Es importante entender que la música de las distintas culturas puede dialogar entre sí”.

Para darle continuidad al proyecto, el grupo trabaja en la producción de un segundo disco, que seguirá la misma línea de fusión musical intercultural. Cuatro canciones inéditas aparecen como un primer adelanto, que el grupo quiere compartir en el primer concierto -por confirmarse- del año.

Entre los temas están Waranka Kanchik (somos miles), sobre los procesos de resistencia indígena. Pacha Mama es un tema que invita a volver la mirada sobre la riqueza natural a nuestro alrededor.

Entre las canciones nuevas también hay una bomba tradicional del Chota llamada Guallupe. El bosa nova y el sanjuanito se fusionan en la canción Yarihuangui interpretada en español y portugués y que habla sobre la idea del amor como una expresión universal.

La creación de las canciones, dice Cachimuel, es parte de un proceso colectivo que suma el conocimiento académico de la música y la experiencia musical de la interpretación.

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