A Ronny Salgado, de 5 años, no se le pegaron las sábanas ayer, pese a que se acostó a las 21:00 del domingo. Estaba emocionado porque asistiría a su primer día de clases en la escuela San José de la Salle, en el sur de Quito.
A las 07:00 ya estaba en pie, saludando a su madre, Ivone Áchig. Después de verificar que sus dinosaurios y cocodrilos de juguete estuvieran en su lugar, corrió al baño para asearse. La ducha la tomó la noche anterior, para evitar el frío de la mañana.
La semana pasada, Ronny había disfrutado de los últimos días de vacaciones, con sus abuelitos y su prima Giuliana, de 3 años.
A ella, dijo, la extrañaría en su nueva etapa, aunque confesó que a veces tienen peleas. “Cuando crezca un poquito irá conmigo a la escuela”.
Áchig le ayudó a ponerse su nuevo suéter verde. “Éste me gusta más”, decía en referencia a la ropa que usaba en la guardería. Estaba ansioso por vestir el uniforme que se probó decenas de veces, incluso la noche anterior.Después de peinarse corrió a la mesa donde su madre le sirvió un tazón de cereal con leche, su desayuno favorito. Mientras comía, contaba que su escuela tiene juegos, una nave espacial y una resbaladera. Al cabo de unos minutos, se le quitó el hambre y dijo: “Mami, esto (la comida) me está haciendo doler la barriguita”.
Después de lavarse los dientes, fue brincando en busca de su lonchera de Dragon Ball. Áchig le colocó un recipiente de yogur y un sánduche de queso y jamón. Ayer no llevó su mochila de Ben 10, otro personaje de dibujos animados, por ser la inauguración.
Al salir de casa con su madre, e despidió de su perro Coqui. Ya faltaba poco para las 08:00, la hora de entrada, así que apresuró el paso. En el taxi, Ronny no paraba de hablar de las cosas nuevas que viviría en la escuela.
Lo primero que le contaría a su profesora sería que sueña con ser doctor, para poder curar a su abuelita. También esperaba que su madre le inscribiera en el transporte escolar. “Mi mami no me va a dejar, sino el recorrido”, aclaró. Áchig aún no estaba segura de que usaría ese servicio.
“Esta es mi escuela”, señaló la puerta del establecimiento educativo. “Aquí hasta tengo una tienda”, dijo en relación al bar del plantel, algo nuevo para Ronny.
Como él, otros 56 niños ingresaban por la puerta del San José de la Salle. Unos de la mano y hasta de los brazos de sus padres. Las madres aprovecharon para hacer fotos de sus pequeños en el primer día de clases. El buen ánimo fue general entre los nuevos estudiantes. Después de un largo discurso de las autoridades, los pequeños corrieron hasta su aula.
Ocuparon unas pequeñas sillas y escucharon atentos a su maestra, María José Hermosa, quien se ganó la confianza de los padres con algunas dinámicas. Pocos niños, como Esteban Angos, prefirieron quedarse junto a su madre porque aún no se ambientaban.
Ronny fue el primero en ingresar al aula. Con una gran sonrisa y ojos vivaces invitó a entrar a su madre. Ella confía en que su hijo se adaptará pronto, ya que es “un niño muy independiente”.
133 084 estudiantes asisten por primera vez a la escuela
El nuevo año 2010-2011 comenzó ayer bajo un cronograma propuesto por el Ministerio de Educación (ME). Los estudiantes de educación inicial y primero de básica abrieron las clases en el régimen Sierra-Amazonía.
El ME estima que 133 084 estudiantes ingresaron al primer año de educación básica en la Sierra. Durante esta semana, se calcula que 1,6 millones de alumnos comenzarán clases. Estas cantidades pueden variar, porque existen padres que matriculan a sus hijos en el transcurso del primer mes.
Algunos colegios nocturnos también empezaron las jornadas de clases ayer.
Mientras que, según el calendario del ME, hoy comienzan el año los estudiantes de segundo a séptimo de básica. Mañana es el turno de octavo a décimo año y de los niveles de bachillerato. Los padres que trabajan en entidades públicas tienen permiso de ingresar hasta las 09:30.
Algunos establecimientos particulares diseñaron su cronograma de inicio de clases.