Cómo romper la cadena infecciosa Humano-animales

En Mongolia y China se han dado alertas de peste bubónica a causa de la ingesta de carne cruda de marmota.

En Mongolia y China se han dado alertas de peste bubónica a causa de la ingesta de carne cruda de marmota.

En Mongolia y China se han dado alertas de peste bubónica a causa de la ingesta de carne cruda de marmota.

Los esfuerzos por ocupar cada vez más espacio en el planeta han acercado a la humanidad a especies que antes vivían en las profundidades de los bosques. Esta interacción no solo ha afectado a las poblaciones de fauna silvestre, sino que ha causado un aumento de la transmisión de enfermedades originadas en los animales.

La invasión de áreas naturales, el consumo de carne de monte y el comercio de la vida silvestre han sido señaladas como algunas de las razones de la aparición frecuente de epidemias en el planeta. Cada cuatro meses surge una nueva enfermedad infecciosa en humanos y el 75% de estas proviene de los animales.

El informe ‘Prevenir la próxima pandemia: Zoonosis y cómo romper la cadena de transmisión’ recoge estos datos que fueron presentados esta semana al cumplirse 135 años de la fecha en que Louis Pasteur administró con éxito la primera vacuna contra la rabia, una de las enfermedades zoonóticas más conocidas.

Mientras el mundo continúa la lucha contra el nuevo coronavirus, asociado con los murciélagos, y aparecen nuevos casos de peste bubónica, relacionados con el consumo de marmota, el Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) muestra en este estudio las tendencias que están impulsando la creciente aparición de zoonosis.

Una de estas es la intensificación de la agricultura que está relacionada con el 50% de las enfermedades zoonóticas emergentes desde 1940. A esta se suman el desarrollo urbano e industrial y el crecimiento de la demanda de proteína animal, ya que cada vez se buscan más fuentes para obtenerla. Según el Pnuma, la producción de carne aumentó un 260% en los últimos 50 años.

“Si no restauramos el equilibrio entre el mundo natural y el humano, estos brotes serán cada vez más frecuentes”, explica Maarten Kappelle, jefe de evaluaciones científicas del Pnuma. Hasta el momento se ha descubierto que el 60% de los 1 400 microbios que causan infecciones en los humanos se originan en animales.

Cada año, las enfermedades zoonóticas desatendidas provocan la muerte de al menos dos millones de personas. En las dos décadas previas a la pandemia actual, el Banco Mundial estimó que estos brotes causaron pérdidas de más de USD 100 000 millones.

Julia Salvador, coordinadora del Programa de Combate al Tráfico de Vida Silvestre de Wildlife Conservation Society (WCS) Ecuador, explica que el desarrollo económico de los países ha llevado a la destrucción de los hábitats y a la fragmentación de los bosques. Cuando esto ocurre, se afecta a la biodiversidad y se produce un desequilibrio, ya que mientras unas especies se extinguen, empiezan a llegar otras con sus virus.

Además, coincide con el informe en que la sobreexplotación de la vida silvestre es otra de las causas de las zoonosis. Mediante el comercio ilegal de especies, los animales exóticos y sus patógenos son llevados a ecosistemas que no están acostumbrados a su presencia. Estos son comerciados en mercados, considerados un caldo de cultivo de virus.

Roedores, murciélagos, carnívoros y primates tienen más probabilidades de albergar estos patógenos, mientras que el ganado sirve como un puente para el contagio de estos entre las especies reservorio y los huéspedes humanos.

Salvador recuerda que cada animal tiene sus virus que coexisten de manera natural en su organismo, sin causarle daños. El problema se da al manipular a estos animales. Una interpretación incorrecta del concepto, dice, puede derivar en la matanza injustificada de las especies, como ya ha ocurrido con los murciélagos.

La investigadora explica que WCS trabaja en el combate al tráfico de vida silvestre desde el año 2007 en el país. Según esta organización, en los últimos 10 años se han traficado más de 250 especies en el país.

David Larreategui, médico internista especialista en enfermedades infecciosas y docente de la Universidad de las Américas, coincide en que los hábitos de consumo, la calidad de los suelos y el cambio climático tienen un efecto en este tipo de enfermedades. Según el informe, el aumento de la temperatura y humedad en el planeta son condiciones que facilitan el desarrollo de zoonosis.

Larreategui explica que la zoonosis también se relaciona con otros factores como la mala calidad de agua, la falta de zonas adecuadas para la eliminación de desechos y el mal manejo de recursos hídricos.

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