Richard Jewell, víctima de su heroísmo en el filme que cuenta su historia

Los actores Kathy Bates y Paul Walter Hauser, en una escena de la película ‘El caso de Richard Jewell’. Foto: IMDb.

Los actores Kathy Bates y Paul Walter Hauser, en una escena de la película ‘El caso de Richard Jewell’. Foto: IMDb.

Los actores Kathy Bates y Paul Walter Hauser, en una escena de la película ‘El caso de Richard Jewell’. Foto: IMDb.

Clint Eastwood vuelve a la dirección para contar la historia de un héroe muy particular en ‘Richard Jewell’. Se trata de un personaje que tiene poco que ver con el espec­táculo del superhéroe y que, más bien, podría ser el tipo de cine más íntimo y humano que prefiere Martin Scorsese.

La historia de Richard Jewell resurge del pasado como un drama biográfico de aires clásicos y sólida narrativa, sobre un hombre ordinario, que después de ser aclamado como un héroe es acusado de un delito que no cometió.

El guion, firmado por Bily Ray, se remite a los hechos reales que sucedieron durante los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996, cuando el guardia de seguridad Richard Jewell encuentra una mochila abandonada con una bomba. Antes de la detonación, el guardia ayuda en la evacuación del lugar, y evita así una tragedia mayor.

En la cinta Jewell es celebrado como héroe por los medios de comunicación, hasta que de un momento a otro su vida se desmorona cuando es acusado por el FBI como el principal sospechoso del ataque.

El filme se centra en el punto de vista de Jewell y la relación con su único amigo y abogado (Sam Rockwell), quien asume el arquetipo del hermano mayor y el efecto del escándalo sobre su madre (Kathy Bates), que fortalece el drama con una sobria interpretación.

Video: YouTube, cuenta: Trailers Smaug's

Paul Walter Hauser es el actor que retrata a Jewell como un hombre modesto y amable, pero ingenuo, que muestra un celoso respeto por la ley y que aspira a convertirse en policía. Su particular forma de ser hace que el FBI lo encasille en el perfil del terrorista solitario, desa­tando una cacería de brujas, donde el agente Shaw y la periodista Kathy Scruggs representan -en papeles que rozan el estereotipo- a los dos poderes que prejuzgan a Jewell.

La afinada mirada del director para poner en escena historias de redención y su estilo realista y cotidiano hacen que una historia lejana se sienta tan auténtica y cercana, como para preguntarnos si algo así podría volver a ocurrirle hoy a cualquiera de nosotros, en un mundo donde las suposiciones se viralizan frenéticamente.

Si bien hay una exaltación de los valores patrióticos estadou­nidenses, también hay un alcance universal a partir de una atinada reflexión sobre la dignidad, la justicia y la verdad.

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