Rocío Bastidas, presidenta de la corporación Oikos
¿En casi cuatro años de la revolución ciudadana, también se puede hablar de una revolución educativa?
Ese término implica una serie de desafíos para el sistema educativo, la ciudadanía y el Estado. En tres años se han visto avances significativos, otros que están en camino y otros que no inician. Los planteamientos son interesantes, el punto es cómo se aterrizan en acciones. En Educación nadie tiene la verdad absoluta, no puede haber autoritarismo, es democrática. Lastimosamente aún falta planificar y eso se vio en los últimos problemas de acceso a las matrículas (octavo de básica).
¿Cómo enfrentar esa crisis de planificación?
fakeFCKRemoveSe necesita una reingeniería del sistema. No se trata de arreglarlo con campañas, ni con discursos, ni moverse ágilmente para tapar un fuego que se creó. Se requieren estudios y cálculos adecuados. Hace falta afrontar desde un punto de vista más estratégico el problema de la administración.
¿Qué avances educativos son destacables?
Poner en primer plano la evaluación de la educación. Si no se evalúa, no se sabe qué pasa. Desde la República, esta es la primera experiencia, es un hecho histórico. En las zonas fronterizas he podido palpar que llega el desayuno escolar, los uniformes, los zapatos, los textos. Pero la gestión administrativa no está controlada y vigilada adecuadamente.
¿Por qué la evaluación interna a los docentes estuvo a cargo de los estudiantes de Economía y no de expertos en Pedagogía?
Creo que hay un criterio de abaratar costos. Pero hay elementos que tienen que ser ajustados por personal pedagógico idóneo y Ecuador lo tiene. Se ve una tendencia en general en la sociedad de decir: “si no puedes, hazte profesor”. Eso debe cambiar. Pero si tengo a estudiantes no capacitados, que evalúan a los maestros, así se refleja cómo está el sistema.
El Ministerio de Educación (ME) capacita a los docentes, pero ellos se quejan de la falta de cupos ¿Cuál es la falla?
Hay una oferta desde el Estado que no está suficientemente coordinada, falta es información adecuada. Pero si como docente, voy a subir de categoría debo estar preocupado de ver qué me falta para mejorar mi currículum. Pero no tenemos esa cultura de auto mejoramiento, sino que esperamos hasta el último momento. Se ve a la capacitación desde la evaluación, no desde la perspectiva de que me va a servir.
¿El reciente ajuste del currículo vigente, desde 1996, también es un avance?
Han pasado 14 años desde que está en vigencia la Reforma Curricular y no conozco de una evaluación seria. El ME hizo un análisis rápido. Un currículo es una continua construcción del conocimiento pedagógico de un país. Si se habla de descentralización, tiene que estar acorde con cada realidad. Ante eso, todavía no hay un debate amplio.
¿Los docentes comprenden y están listos para llevar a la práctica este curriculo?
Creo que todavía estamos huérfanos de una cabal formación pedagógica. Se quiere estandarizar todo, para no tener problemas en el sistema, no es la solución. Tenemos maestros bachilleres, que atienden a escuelas unidocentes, maestros de educación básica que enseñan en bachillerato.
¿Seis meses es suficiente tiempo para cambiar los contenidos de los textos escolares con calidad?
Los tiempos políticos no son los tiempos de la sociedad. Dirán que esos libros son de prueba. Yo aceptaría eso si me mostraran el plan: ¿cómo será? ¿a quién se hará el seguimiento? ¿cómo recogerán y procesarán esa información? Las cosas fundamentales se pasan por las urgencias burocráticas. ¿Cómo sabemos que el texto está bien pata la comunidad Shuar y si está bien para Loja o Carchi?
¿El presupuesto del sector creció en estos años, pero qué tan efectivo es el gasto?
Este Gobierno ha puesto una base, que en unas cosas es buena y en otras enclenque. Cuando venga otro que no tenga visión social, ahí para todo. Antes, el presupuesto para Educación nunca pasó del 12%. Por más buenas políticas, si no hay quién las ejecute, no cambia nada. Mover a la burocracia del sistema es tarea de titanes.