Issa Aguilar y Tania Párraga con la obra en el Museo Remigio Crespo Toral de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
Nati fue uno de los poemas ganadores del primer Festival de la Lira, que se cumplió en mayo de 1919, en Cuenca. En ese entonces, su autor Gonzalo Cordero Dávila, recibió el premio Flor Natural.
Ese poema evoca a Nati, una indígena quinceañera que sufre por su condición. Un siglo después se realizó un ejercicio en el que Lili Pañi, Paola Cando, Alejandra Córdova, Issa Aguilar y Tania Párraga, quienes son poetisas y comunicadoras sociales y contestaron a este texto original.
Lo hicieron desde una visión contemporánea de la mujer de la zona rural. El proyecto fue planteado por Córdova, quien era la mediadora educativa del Museo Remigio Crespo Toral.
Ella se contactó con las cuatro y su propuesta fue realizar una suerte de respuesta al poema Nati. Aguilar dice que el texto original es “medio clasista, incluso hasta unos tintes medio machistas”. Sin embargo, aclara que es un texto apegado a la época donde la visión era diferente a la actual.
Aguilar señala que el texto de Gonzalo Cordero Dávila narra la tristeza que aparentemente tiene Nati por su condición de indígena y por ser de escasos recursos económicos. “Habla de una mujer triste, pobre, que pasa mal todo el tiempo. Pero nunca señala razones fuertes para que exista esa condición emocional, sino se centra en su etnia”.
Según Aguilar, la intención fue responder después de 100 años bajo la actual visión que existe sobre las mujeres y los indígenas. “Nuestros textos son cortos y más reivindicativos. Se inspiraron en la figura de Nati y de las mujeres”.
Con ella coincide Párraga, quien es comunicadora social. Es la primera ocasión que elabora un poema, por lo que fue un desafío. Al leer el poema original que es bastante largo, dice Párraga, le llamó la atención cómo se opaca la imagen de esta mujer. Por ello, su respuesta trató de resaltar que a Nati nunca le preguntaron si era así. “Hay ocasiones, que a las mujeres no se nos pregunta qué es lo que ocurre, sino se asume que es el rol que debemos cumplir”.
El poema completo se lo dividió en cinco partes. Si bien cada una de las cinco leyeron todo el texto, cada una contestó en relación a la parte que le correspondió. Previamente se sortearon el orden.
La puesta en escena se realizó mediante un video. Allí, cada una de las cinco lee su contestación y eso se proyecta en una sala del Museo Remigio Crespo Toral. Hay tres pantallas. En la del centro se transmite el video y en las otras imágenes antiguas de este festival. También, existen dos textos impresos en los que están el poema original de 1919 y las repuestas de cada una.
Este proyecto forma parte de la muestra denominada Sub Tegmine, que se inauguró en junio pasado por el centenario del Festival de Lira de Cuenca.