Un padre y su hija luchan por sobrevivir, en el filme postapocalíptico dirigido y protagonizado por Casey Affleck. Foto: captura.
En ‘Light of my Life’, un evento catastrófico ha llevado la estabilidad de la sociedad a un punto crítico, donde un hombre debe enfrentar el mayor reto de su vida, intentando proteger lo que queda de su familia y los últimos rasgos de humanidad.
Casey Affleck ha escogido un escenario postapocalíptico para presentar su segundo filme como director, después de su debut con el falso documental ‘I’m still here’ (2010). El oscarizado actor también escribe y actúa en este drama de ciencia ficción, de pulsaciones lentas, aires melancólicos y consignas políticas.
El distópico escenario de este relato empieza a revelarse desde la sutileza de una analogía camuflada en la historia que un padre (Affleck) le cuenta a su hija Rag (Anna Pniowsky) antes de dormir, tumbados en el interior de una tienda de campaña en medio de un bosque. Por más de 10 minutos, el padre improvisa su propia versión acerca del relato bíblico del arca de Noé, en el que ideas como la complementaridad de género, el instinto de supervivencia y la familia serán claves.
Video: YouTube, cuenta: ONE Media
La aparente trivialidad de esta escena adquiere un carácter revelador cuando se enfrenta a la realidad de un mundo en el que la ‘plaga femenina’ (que bien podría ser un virus o simplemente los efectos extendidos de la violencia de género) ha matado a casi todas las mujeres y las sobrevivientes son vistas como una presa.
En esas circunstancias, Rag debe hacerse pasar como niño mientras huye, junto a su padre, lejos de un peligro que primero se intuye y al final se revela salvajemente. Affleck trabaja sobre una premisa que si bien hace eco en películas como ‘Road’ o ‘Niños del hombre’, adquiere una identidad propia en el aspecto íntimo y melancólico de las imágenes, que consigue a través de la luz, el sonido y el clima de los escenarios naturales donde filma.
Además, hace de este relato de supervivencia una experiencia emocional que muestra los temores de un padre que se resiste a exponer a su hija a los peligros del mundo exterior, mientras la acompaña en un viaje desde la niñez a la adolescencia.
El manejo de la tensión, el pulso narrativo, la banda sonora y la química de los personajes hace del filme un ensayo personal sobre la paternidad y el valor de lo femenino.