El doctor Juan Carlos Molina, de la clínica veterinaria Brasil, atiende animales rescatados por Patitas Callejeras. Foto: EL COMERCIO
Las cifras son alarmantes. Se estima que cerca de 300 000 perros hay en Quito, de los cuales 190 000 (40%) son callejeros.
Desde 1994, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) cambió el título de perro callejero a “perro de dueño irresponsable” ya que la gran mayoría de estos llegan a la vía pública debido a que sus propietarios los abandonan
en las calles.
Para combatir esta problemática, en el país se han formado organizaciones sin fines de lucro para ayudar a los animales que a diario están expuestos agresiones, problemas de salud e incluso a la muerte.
Patitas Callejeras se formó hace seis años. América Freire, representante de esta fundación, indica que su objetivo es la protección de los animales y no solo su rescate. Ella desde niña participó como voluntaria en otras organizaciones, pero desde hace 20 años lo hace de forma activa. Al inicio trabajaban con voluntarios para realizar el rescate de los animales, llevarlos a una clínica veterinaria. La baja demanda de adopciones fue un limitante, ya que se quedaron con un rezago de animales, dejados también por los voluntarios.
Se quedaron aproximadamente con 100 animales, la mayoría inadoptables, ya que son perros de razas grandes, con problemas de salud, de edad avanzada, ciegos o sordos y con gatos que padecen de leucemia o sida. Estos animales están ubicados en un albergue en el noroccidente de Quito, ya que esta organización es provida y están en contra de la eutanasia.
El voluntariado en una fundación de animales demanda un trabajo comprometido para conseguir alimento y dinero. En una semana, esta organización gasta aproximadamente 300 kilos de comida.
Para Freire, uno de los problemas por los que atraviesan las fundaciones en el país es la falta de adopciones, ya que se prefiere comprar a los animales de raza y cachorros. “Las hembras y los animales negros y mestizos no son una opción de adopción para las personas, estos animales no tienen una oportunidad para vivir en un hogar”, dice Freire.
Mishell Yánez tiene dos gatos: Tián y Leo, los adoptó hace un año. Por medio de las redes sociales pudo conocer el caso de estos dos animales: estudiantes universitarios de la carrera de Veterinaria realizaban prácticas con ellos. Mishell recuerda que a Leo le iban a sacar las uñas. Al conocer el caso decidió darles un hogar temporal. Sin embargo, días después decidió adoptarlos. “Para muchas personas el tener un animal de raza es una cuestión de elitismo”, dice Yánez.
Las redes sociales son las principales aliadas de las organizaciones que velan por el bienestar animal. Las publicaciones van desde invitaciones para eventos de donación de comida hasta la publicación de animales extraviados.
Precisamente, durante este fin de semana, Animalízate, una fundación que ha apoyado desde hace tres años a rescatistas independientes y fundaciones, realizó un festival de solidaridad para ayudar a Leo, un perrito rescatado de un carro de basura en Guayaquil.
Cristina Zapata, miembro de Animalízate, indica que el animal necesita una silla de ruedas ya que fue atropellado y por una mala intervención médico quedó paralítico. La fundación está brindado apoyo a la persona que los adoptó con el tratamiento y gastos médicos. Durante ese día la familia Saa Kraglievich adoptó a una perrita rescatada de la calle.
Protección Animal Ecuador (PAE) desde hace 14 años ha concentrado su esfuerzo en las campañas de esterilización de los animales a escala nacional. Lorena Bellolio, directora de PAE, menciona que esto es un mecanismo para tratar de estabilizar el problema de sobrepoblación en las ciudades. Uno de los problemas es que la gente continúan reproduciendo y comercializando animales desde las tiendas de mascotas, criaderos hasta los mercados. “Esto hace que la problemática no se detenga”, dice Bellolio.
Camino a Casa es otra fundación que opera en el país. Cristina Calderón es su representante y menciona que cada semana realizan un recorrido de alimentación. Ellos se encargan de dar de comer a cerca de 400 animales. Además, dejan la comida en los hogares temporales. Las campañas de esterilización masiva son otras actividades que realizan.
Canales de ayuda para animales
La campaña PAE ya en la Ruta del Sol tiene el fin de esterilizar a 3 160 hembras. El recorrido durará 79 días y empezará en Mompiche y finalizará en diciembre.
La clínica veterinaria Brasil realiza eventos en el mes de ayuda, con la Fundación Patitas Callejeras, para recolectar comida y dinero para los animales rescatados.
Animalízate tiene ferias una vez al mes, para incentivar la adopción de animales y venta de placas de identificación. La fundación ha identificado a 4 000 animales.
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