Meghan Markle deseaba para su boda una tiara de esmeraldas de la colección real, pero le dijeron que “no podía usarla porque las piedras verdes podrían haber venido de Rusia”, según cita el diario The Sun. Foto: archivo AFP y DPA.
Frente a la perspectiva de muchos, la relación que existe entre la reina Isabel II y Meghan Markle es buena. Las miradas de complicidad y sonrisas que vienen y van entre las integrantes de la monarquía inglesa han sido captadas por las cámaras. Incluso, se ha corrido el rumor de que la duquesa de Sussex es la consentida de su Majestad, quien está feliz del matrimonio con su nieto.
Sin embargo, la publicación del libro ‘Carlos a los setenta: pensamientos, esperanzas y sueños’ (‘Charles At Seventy: Thoughts, Hopes And Dreams’) de Robert Jobson, citó una fuente que asegura que antes del matrimonio, un deseo de Meghan habría generado un ‘impasse’ entre la recién llegada a la Casa Real y la Reina.
En ese entonces, la exactriz de Sussex deseaba para su boda una tiara de esmeraldas de la colección real, pero le dijeron que “no podía usarla porque las piedras verdes podrían haber venido de Rusia”, según cita el diario The Sun.
Al parecer, el momento solo habría quedado como una ligera diferencia y Meghan usó la tiara de platino que lució el día de su boda. Foto: archivo EFE.
Meghan había escogió la tiara de la colección de la Reina, durante una visita al Palacio de Buckingham con el príncipe Harry, pero debido al protocolo no podía portarla. La negativa había molestado al hijo menor de Diana, quien se mostró “petulante y de mal genio’, según el libro.
El texto de Jobson menciona que cuando la tiara le fue negada a la exartista, el Príncipe habría dicho al personal con un tono de voz enérgico: “Lo que Meghan quiere, Meghan se pone”.
El comportamiento de su nieto había llegado a oídos de Isabel II, tras lo cual tuvo una conversación privada con él y, de acuerdo con el libro de Jobson, “lo puso en su lugar”.
Al parecer, el momento solo habría quedado como una ligera diferencia y Meghan usó la tiara de platino que lució el día de su boda.
La afirmación del libro contrasta con el video sobre los preparativos de la boda real, expuesto por la monarquía. En la grabación Meghan contó que realizó una visita al Palacio para ver a la Reina y elegir el tocado que usaría en el día de su enlace.
“Cuando llegó el momento, tuve la suerte de poder elegir esta hermosa tiara de estilo art déco. Harry y yo habíamos ido al Palacio de Buckingham para reunirnos con su majestad, la Reina, y seleccionar una de las opciones que estaban allí. Fue un día increíblemente surrealista, como pueden imaginar”, mencionó en aquella ocasión Meghan.
En las grabaciones se escucha decir al príncipe que “el sueño de todas las chicas es probarse una tiara y, curiosamente, la que mejor se adapta, la que mejor te queda sin duda, realmente debería haber estado allí, pero fue un préstamo increíble de mi abuela, fue muy dulce”.