Entre gritos, reclamos y empujones, unas 200 personas intentaban mantenerse en fila a la espera de ser atendidos. Pugnaban por entregar sus solicitudes en las ventanillas 16 y 17 de recepción de pedidos de partidas íntegras de nacimiento y de matrimonio.
Así, ayer en el pabellón norte del Registro Civil de Turubamba, en el sur de Quito, se volvió a experimentar las acostumbradas filas y demoras en la atención.
El inconveniente se presentó en el área de entrega de partidas íntegras de ciudadanos, cuyos registros originales se hicieron en los cantones de Pichincha y de otras provincias. Esos documentos, que llegan de todo el país y que aún se archivan en estado físico (papel acartonado), se almacenan en Turubamba.
Paulo Rodríguez, director general del Registro Civil, aseguró que “se produjo un pequeño error de ajustes logísticos en la entrega de especies valoradas por parte de la Dirección Provincial a la Dirección Nacional de registro Civil (sucursal Turubamba)”.
La obtención de las partidas íntegras solo se puede hacer en Quito. Por eso Ilarión Figueroa y su hija Fabiola vinieron desde Ventanas, Los Ríos, para solicitar sus partidas íntegras e intentar arreglar sus datos personales que están mal registrados.
Hasta allí también acudió, a eso de las 10:00, Eduardo Urbina, de 75 años. Llegó para pedir una copia íntegra del acta de inscripción de su nacimiento. Pero para su sorpresa una hora después se dejó de recibir las solicitudes.
La explicación que los usuarios recibieron fue que se agotaron las especies. Sin embargo, nadie les dijo nada más y los empleados abandonaron sus puestos a la hora del almuerzo.
A las 13:30, la multitud estuvo exasperada y los reclamos eran más fuertes, incluso algunos golpeaban las ventanas. Recién 10 minutos antes de las 14:00 reinició el despacho en la ventanilla 16, mientras dos guardias de seguridad intentaban controlar los reclamos. Además, dos funcionarios trataba de resolver las múltiples inquietudes de la gente.
Cada solicitante debe cumplir al menos tres pasos en la tramitación hasta tener el documento.
En medio de ese apretujón, Johanna Lincango, que llegó desde Llano Chico, ubicado al norte de la capital, intentaba abrirse un espacio en la fila de gente.
Pero ni porque se encontraba con su hijo Alexander, de tres meses, en brazos tuvo preferencia. Así resistió por más de tres horas porque le urgía obtener la partida íntegra de matrimonio para renovar su cédula y la de su esposo para inscribir a Alexander.
Al menos en esta área del Registro Civil no hay ventanillas preferenciales para personas de la tercera edad, mujeres embarazadas o con niños en brazos.
Algunos de ellos intentaban descansar un poco en las sillas que fueron habilitadas en el pasillo. El ambiente estaba sofocante, ya que la espera es un espacio cerrado y separado por un plástico negro grande del sector donde se hacen obras de remodelación.
A diferencia en el área de cedulación, en el pabellón sur de las instalaciones de Turubamba, que lucen remodeladas, se atendía con normalidad.
Según Rodríguez, “personas malintencionadas circularon el falso rumor de que no hay especies. Tenemos el stock suficiente de especies y hojas de seguridad”. Agregó que el proceso de licitación para adjudicar la digitalización del archivo nacional del Registro Civil está por concluir.