Hasta el 13 de abril del 2020, Sudáfrica registra 2 272 casos de contagio confirmados de covid-19 y 27 fallecidos. Foto: EFE
Sudáfrica -una de las naciones más desiguales a escala mundial- registra el mayor número de contagios del continente africano: 2 272 y 27 fallecidos hasta este 13 de abril del 2020. Sin embargo, durante las últimas dos semanas, la curva de infecciones registra un inesperado decrecimiento que inquieta a la comunidad científica. El personal sanitario continúa preparándose para la llegada de pacientes, aunque las casas de salud permanecen en tensa calma ¿A qué se debe la caída de casos?
Para decenas de investigadores sudafricanos, la situación en el país con relación a las infecciones por el coronavirus es aún un misterio. “Nadie está seguro de qué está pasando”, dice el médico Evan Shoul, especialista en enfermedades infecciones de la ciudad de Johannesburgo en diálogo con la cadena informativa internacional BBC Mundo.
Con las actividades comerciales pausadas y 57 millones de habitantes confinados, decenas de médicos, como Tom Boyles, afirman que el sistema sanitario se ha preparado para un duro escenario que todavía no ha llegado.
El aislamiento social -de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud– es la vía más efectiva para contener al covid-19. Pero, pese a que los Gobiernos de todo el globo la aplican en sus naciones, no han obtenido el mismo resultado que Sudáfrica. Los análisis se multiplican y expertos exploran tres posibles causas para el decrecimiento de causas, aunque todavía son hipótesis no verificadas.
¿Pruebas de detección son insuficientes?
El 6 de marzo último, Sudáfrica -gobernada por Cyril Ramaphosa– registró su primer caso de covid-19, un hombre, de 29 años, que viajó a Francia y a Países Bajos. Hasta el 28 de marzo, la curva de contagio iba en ascenso: llegaron a reportarse más de 240 casos en un día. Sin embargo, a partir del sábado 11, el balance cayó solo a 17. De ahí que hasta este lunes 13, solo se han reportado 50 casos nuevos.
Durante un mensaje a la nación, Ramaphosa indicó que el aumento diario de infecciones se redujo del 42% al 4%. Pero, aclaró que no era un análisis definitivo. Lo dijo el gobernante de un país que proyecta un declive económico y recesión, de acuerdo con un informe del Banco Mundial.
Precious Matotso, representante de la OMS en la nación, afirmó que “las cifras no están ahí”. Y declaró que aún no se han realizado suficientes pruebas que revelen si “es una aberración o si es real”.
Actualmente, el Servicio Nacional de Laboratorios de la Salud de Sudáfrica puede procesar 5 000 pruebas en 24 horas. Sin embargo, indicó que, para finales de abril del 2020, el sistema sanitario podrá procesar aproximadamente 36 000 pruebas de detección al día.
¿Protección adicional contra el virus?
Una de las teorías mencionadas por expertos se basa en la posible protección adicional de la ciudadanía sudafricana contra el virus.
Tom Boyles, médico especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital Helen Joseph, cuenta a la BBC que varios expertos argumentan que ese ‘blindaje’ podría deberse a una variedad de posibles factores médicos como la vacuna contra la tuberculosis. Su inoculación es obligatoria y la recibe cada ciudadano desde su nacimiento.
Otro de los factores sería el efecto el impacto de tratamientos antirretrovirales aplicados en pacientes, además de la acción de diversas enzimas en grupos específicos de la población.
Boyles dice que las ideas “han estado por ahí un tiempo. Me sorprendería si fuera resultado de una vacuna… eso son teorías. Probablemente no sean ciertas“.
¿Mala gestión del sistema sanitario?
La BBC tuvo acceso a documentos internos del Departamento de Salud de Sudáfrica que -según el medio- dan cuenta de preocupaciones sobre la “mala gestión y la disfunción dentro del sistema estatal, en particular con respecto a la lenta tasa de pruebas“.
Médicos han sido críticos con la gestión de Ramaphosa. La BBC dialogó con investigadores que afirman que el régimen del primer mandatario se tardó en implementar un sistema de pruebas agresivos. En su mayoría, los pacientes son diagnosticados en clínicas privadas.