Distintas iniciativas han comenzado a reactivar la vida social y cultural de las comunidades afectadas por el terremoto de abril. Foto: EL COMERCIO.
Pincel en mano, Dayana Giler, Jorge Muñiz y Jofre Mera recrean postales de algunos pintorescos rincones de Manta. La paleta de colores, la técnica y el motivo es lo único que diferencia el trabajo de estos tres artistas manabitas.
Desde mayo, las oficinas del área de comunicación del Patronato Municipal de Manta se han convertido en su nuevo estudio de trabajo. Las imágenes que pintan pertenecen a una exclusiva colección de camisetas, que son parte del proyecto Manta se levanta. Se trata de un programa de reactivación impulsado por el Municipio. Antonio Cedeño, productor en el área de comunicación, explica que el objetivo es impulsar la reactivación económica, laboral y cultural de la ciudad.
En el emprendimiento de las camisetas están involucrados ocho artistas plásticos que se han visto afectados de distintas formas tras el terremoto del 16 de abril. Ellos pintan cada camiseta a mano, mientras el Municipio gestiona la adquisición de las prendas, la pintura y otros materiales. De los USD 20 que cuesta cada camiseta, la mitad es para el equipo de pintores y la otra mitad, para activar otros proyectos.
Artistas plásticos que fueron afectados de diversas formas por el sismo del 16 de abril pasado ahora participan en un proyecto municipal en Manta. Foto: EL COMERCIO.
A Muñiz, la vocación por el dibujo y la pintura lo acompañan desde que copiaba cómics cuando era niño. Cuando las circunstancias son adversas “uno acude a lo intangible, que es el talento”, dice este joven de 29 años que perdió su casa y el empleo tras el terremoto. Casi de memoria, recrea los colores del atardecer y el mar de la ciudad donde nació. “Quiero que la gente vea lo bello que era Manta antes del terremoto”, dice Muñiz sobre la temática que guía su trabajo.
Para este grupo de artistas, la pintura no solo es una fuente de ingresos sino también una efectiva terapia. “Cuando pinto me olvido de todo y me siento tranquilo”, dice Joffre Mera sobre los paisajes que plasma en cada camiseta.
La psicóloga Isabel Figueroa explica que actividades como la música, el teatro, la pintura, el cine, entre otras ayudan a reducir los niveles de tensión emocional. Además, asegura, que la participación colectiva en actividades culturales favorece la reintegración social de una comunidad.
Artistas plásticos que fueron afectados de diversas formas por el sismo del 16 de abril pasado ahora participan en un proyecto municipal en Manta. Foto: EL COMERCIO.
Otra de las actividades que se quiere retomar en Manta es el cine, pues Cedeño explica que además de entretenimiento, la risa o el llanto que puede provocar una historia también tiene un efecto de liberación emocional. Con el cierre de las salas comerciales en un centro comercial y del MAAC Cine -que ha permanecido cerrada por más de dos años-, la ciudad se quedó sin cine.
El auditorio del Patronato Municipal y el Museo Cancebí serán los espacios alternativos donde se proyectará una programación diversa y familiar, a partir de agosto. También está previsto un ciclo de cine barrial que llevará varios filmes a barrios periféricos y zonas rurales, dando prioridad a las zonas más afectadas.
El teatro es otra de las actividades culturales que nunca se detuvo en Manta. Al tercer día luego del terremoto, los integrantes del colectivo Cinrecreo se reagruparon como voluntarios en las tareas logísticas, luego se encargaban de distribuir alimentos y donaciones. En una tercera etapa integraron actividades de reactivación cultural como parte del voluntariado. Así han recorrido siete cantones con más de 30 funciones de teatro y proyecciones de cine.
La mañana del pasado jueves (23 de junio de 2016), el elenco que es parte de la obra ‘Ya tengo amigos’ ensayaba en el auditorio del Departamento de Cultura de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Carlos Quinto, representante del colectivo, cree firmemente en el efecto terapéutico del teatro y las artes en general.
Se trata de una vía, dice el actor manabita, para canalizar emociones y sentimientos reprimidos, no solo entre espectadores sino también entre los propios artistas que han sufrido la pérdida de algún familiar o de sus bienes.
A mediados de julio el colectivo iniciará el rodaje del filme ‘CasaNova’, en el que se aborda el tema del terremoto bajo una perspectiva cómica, donde una comunidad relaciona una serie de catástrofes al castigo divino por las picardías de un hombre mujeriego.
Para Quinto, abordar el tema de la catástrofe en un filme permite a la gente hablar, identificarse con la historia y quizá enfrentar sus propios miedos y alejarlos.
Quinto asegura que el trabajo, en su mayoría voluntario, que se realiza ahora solo se podrá consolidar como una verdadera reactivación cultural con la creación de espacios, la canalización de recursos y la generación de políticas públicas que prioricen la cultura.