Día Mundial del Reciclador: Soñamos con tener un centro de acopio municipal y un seguro social

Con la llegada de la pandemia, los recicladores tuvieron que detener sus actividades durante más de cuatro meses. Foto: cortesía Renarec

Con la llegada de la pandemia, los recicladores tuvieron que detener sus actividades durante más de cuatro meses. Foto: cortesía Renarec

Con la llegada de la pandemia, los recicladores tuvieron que detener sus actividades durante más de cuatro meses. Foto: cortesía Renarec

Caminan por varios barrios durante su jornada, trabajan más de 12 horas diarias y sus ingresos mensuales son inferiores a un salario básico. Antes de la pandemia, las condiciones laborales de los recicladores ya eran preocupantes. Con la llegada del covid-19, su situación se ha agudizado aún más.

En este 1 de marzo, que se conmemora el Día Mundial del Reciclador, estas personas buscan visibilizar la importancia de su labor. En este día, se recuerda la muerte de 10 recicladores que, con la excusa de que les iban a entregar material reciclable, ingresaron a una universidad. Allí fueron asesinados en 1992, en Colombia, para utilizar sus cuerpos con fines investigativos y para el tráfico de órganos.

A pesar de la importancia de su labor, estas personas continúan luchando para que su trabajo sea reconocido. Con la llegada de la pandemia, tuvieron que detener sus actividades durante más de cuatro meses. Ahora que las han retomado, sus ingresos han disminuido, además de tener más riesgo de contraer el virus. Dos recicladoras cuentan a EL COMERCIO cómo es su situación actual.


"Pedimos a la ciudadanía que haga separación en la fuente"

Juana Iza, recicladora y presidenta de la Renarec

"Yo trabajo en el reciclaje desde hace 47 años. A los 14, salía con mi difunta mamá que compraba botellas en las casas y después comencé a salir a las calles para reciclar.

El tiempo que no estuvimos trabajando por la llegada del covid-19 fue muy duro para todos los recicladores. No trabajamos durante cuatro meses y nosotros solo tenemos el ingreso de lo que nos pagan por el material reciclado que recuperamos, no tenemos otros ingresos.

Había compañeros de las diferentes organizaciones que nos llamaban desesperados que no tenían qué dar de comer a sus hijos. Con la directiva de la Red Nacional de Recicladores (Renarec) hacíamos oficios y enviábamos a diferentes instituciones para que nos donen el kit de alimentación y con eso hemos apoyado a los compañeros, pero hasta ahora no retomamos al 100% el trabajo. El 50% de las personas son de la tercera edad que no pueden salir a trabajar por el miedo al contagio.

Durante ese tiempo salimos adelante con la poca alimentación que teníamos, el apoyo que gestionamos con la Renarec y la ayuda de Fundación Avina y Care. También nos dieron un bono de USD 120 a los recicladores que somos parte de la federación. Gracias a Fundación Avina y Alianza en el Desarrollo tuvimos capacitaciones sobre cómo protegernos en tiempos de covid-19: cómo cuidarnos, cómo lavarnos las manos, cómo usar el gel, cómo tener los trajes de bioseguridad y cómo hacer los protocolos para trabajar en las calles, conjuntos y rellenos sanitarios y botaderos.

En julio el regreso a las calles fue muy complicado porque todo el mundo se quedó sin trabajo y muchos se dedicaron al reciclaje. No hay material para poder reciclar, pero hay mayor cantidad de personas reciclando. Si antes ganábamos de USD 180 a USD 220 máximo, ahora peor. No llegamos ni a los USD 100 mensuales.

Desde antes de la pandemia le pedimos a la ciudadanía que haga la separación en la fuente y entregue el material reciclado a los recicladores de base, que hay en todos los barrios. Si en la casa hay enfermos, ponga la basura en una funda separada y marque como peligroso".

“Al momento de manipular una funda, salvamos al planeta”

Elvia Pisuña, dirigente y recicladora

Al empezar la cuarentena, sufrimos las consecuencias de no poder salir a trabajar e ir a recoger el material. Fue muy importante estar organizados y pertenecer a una red nacional de recicladores y a una red latinoamericana en la que nuestros compañeros y dirigentes buscaron aliados y nos pudieron sostener con un pequeño bono de USD 120.

Logramos que la pandemia no sea tan fuerte para las personas organizadas. Pero tenemos compañeros que tuvieron que salir a reciclar durante la pandemia porque es un sustento diario.

Elvia Pisuña, dirigente y recicladora. Foto: cortesía Elvia Pisuña

Empezamos a salir poco a poco en julio, pero con mucho temor. Dando gracias a Dios tuvimos capacitaciones y la iniciativa regional fue un punto clave porque nos ayudó mucho. Nos dieron talleres de cómo manipular en tiempos de covid-19 y nos donaron equipos de bioseguridad como gel y mascarillas.

Ahora, desde las 19:00 hasta la 01:00, trabajo recolectando los residuos en el sur de la ciudad. Camino calles y calles cada noche e ingresamos a los conjuntos habitacionales que nos dejan entrar a los recicladores formales con protocolos de bioseguridad.

Tenemos algunos puntos clave y, cuando termina de pasar el camión de la basura, nosotros también terminamos de recolectar el papel, cartón y plástico. Después nos trasladamos al centro de acopio. Nosotros le llamamos centro de acopio, pero en realidad es una bodega que arrendamos y pagamos USD 180 mensuales.

Soñamos tener un centro de acopio municipal en Quitumbe para apoyarnos y para hacer talleres que permitan difundir a la ciudadanía cómo y por qué reciclamos. Cuando empezamos, por ejemplo, aprendimos que al recuperar una tonelada de papel estábamos salvando 17 de árboles. Por eso es importante seguir dando talleres para que las personas entiendan la importancia de nuestro trabajo.

La ciudadanía con la pandemia todavía no ha cambiado sus hábitos de reciclaje. La gente todavía no separa sus residuos o nos dicen que no topemos la basura porque la basura es de ellos. Ahora no peleamos, sino que decimos que ese es el trabajo que escogimos y estamos tratando de ayudar al ambiente y dar de comer a nuestros hijos.

Soñamos con tener un seguro social y un trabajo digno. Un doctor cada día salva vidas y nosotros, al momento de manipular una funda, salvamos al planeta".

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