En la Plaza Grande, en el centro de Quito, personas adquieren sombreros para protegerse del sol al mediodía del viernes 22 de septiembre del 2017. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
Los adultos mayores fueron los más afectados por la radiación solar el año pasado. El último reporte del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC) indica que hubo 55 egresos hospitalarios (que dejaron el centro). De ellos, 15 fueron personas mayores 65 años, 10 correspondieron a quienes tenían entre 55 y 64. Y seis de 1 a 9 años.
A esto se suma que se reportaron 249 pacientes, con problemas causados por radiación solar, desde el 2013 hasta el 2016. Las principales afectaciones fueron quemaduras solares y cambios en la piel, por la exposición crónica a radiación no ionizante.
Para Fernanda Andrade, dermatóloga del Centro Médico Metrópoli, ubicado en Quito, las personas adultas mayores son más vulnerables porque su piel es más delgada y sensible. Lo mismo ocurre con los infantes, de 6 meses a 11 años.
“Actualmente atravesamos un equinoccio en el que aumenta la radiación”, precisó la profesional.
En el anuario de camas y egresos hospitalarios del INEC 2016 se indica que 283 personas presentaron melanomas y 722 tumores malignos de piel. ¿De qué depende para que se reporten ese tipo de males? Andrade explica que influyen las diferentes clases de radiación que hay en el ambiente.
Ella explica que son de tipo UVA y UVB, las cuales también están dentro de las casas u oficinas a cualquier hora. Causan problemas en el ADN de las células y con el tiempo estas se transforman en malignas. Ante eso, ella recomienda usar protectores solares incluso dentro de los inmuebles. Las aplicaciones se deben realizar cada tres horas.
Otro problema es que la radiación solar se acumula y muta de células benignas a malignas. Si no se analiza al paciente a tiempo, puede producirse cáncer de piel. Si alguien de la tercera edad tiene esa enfermedad hay que evaluarlo para ver si se hace una cirugía o si se aplica otro método para tratarlo.
En el reporte de egresos hospitalarios del INEC se señala que en el 2014 se presentó la mayor cantidad de pacientes: 84. Le siguen el 2015, con 66 casos, y los 55, que se registraron en el 2016.
El nivel de radiación solar en el callejón interandino (región Sierra) alcanzó niveles considerados como ‘extremadamente altos’ desde ayer, jueves 21 de septiembre del 2017. Por esta razón, las autoridades de salud del Ecuador realizaron una serie de recomendaciones para protegerse de los rayos ultravioleta (UV) y evitar afectaciones a la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen cuatro niveles en el índice de medición de radiación ultravioleta: baja (de 1 a 2), moderada (de 3 a 5), alta (de 6 a 7), muy alta (de 8 a 10) y extremadamente alta (de 11 en adelante). Los índices de 11 o superiores a este son catalogados extremadamente altos. Esta última medida se ha registrado en Quito desde el pasado fin de semana. Según el Inamhi, la radiación solar alcanzó la escala de 11 y 14.
La OMS alerta sobre las afectaciones a la salud por una exposición prolongada ante rayos ultravioleta. Entre estas se encuentran quemaduras solares (eritemas) y un envejecimiento temprano de la piel.
Estas son las recomendaciones de la OMS para protegerse de los rayos UV.
1. Evitar la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos UV solares son más fuertes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Tenga especial cuidado con la exposición al sol durante esas horas.
2. Tener en cuenta el índice UV. Este importante dato le ayuda a planificar sus actividades al aire libre para evitar una exposición excesiva a los rayos del sol. Es necesaria protección solar siempre que el índice UV prevea niveles de exposición de moderados a altos, por ejemplo un índice UV de 3 o superior.
3. Aprovechar las sombras. Póngase a la sombra cuando los rayos UV sean más intensos, pero no olvide que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar.
4. Usar ropas que le protejan. Un sombrero de ala ancha protege debidamente los ojos, las orejas, la cara y la parte posterior del cuello. Las gafas de sol con un índice de protección del 99%-100% frente a los rayos UVA y UVB reducen considerablemente los daños oculares debidos a la radiación solar. Las prendas de vestir holgadas y de tejido tupido que cubran la mayor superficie corporal posible también protegen contra el sol.
5. Utilice cremas con filtro solar. Aplíquese una crema protectora de amplio espectro, con factor de protección igual o superior a 30. Extiéndala sobre la piel expuesta y repita la aplicación cada dos horas, o después de trabajar, nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre.
6. Evite las lámparas y las camas bronceadoras. Las lámparas y las camas bronceadoras aumentan el riesgo de cáncer de la piel y pueden dañar los ojos si no se usa protección. Debe evitarse completamente su uso.
7. Proteja a los niños. Los niños suelen ser más vulnerables que los adultos. Cuando estén al aire libre, hay que protegerlos de la exposición a los rayos UV como ya se ha explicado. Los bebés deben permanecer siempre a la sombra.