El proyecto es el resultado de una investigación de Rosa Amelia Poveda, basada en cartas de mujeres publicadas por la ONU y el libro ‘Cartas públicas de mujeres ecuatorianas’ de Ana María Goetschel. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
‘La ciudad de las mujeres innobles’ fue el abrebocas de lo que será el Festival de Artes Escénicas Quito Tiene Teatro 2018. La elección de la obra no fue casualidad. El momento fue apropiado en medio de un clima social de discusión sobre las libertades y los derechos de las mujeres.
Ayer (27 de julio del 2018), desde las 18:00, los asistentes se congregaron fuera del Teatro Capitol. Cerca de las 19:15 el público se empezó a impacientar. Tras el ingreso se ubicó en el hall principal a las cerca de 300 personas que adquirieron gratuitamente uno de los pases. Entonces todo tuvo sentido, una voz por el altoparlante explicaba que esta obra no sería igual a otras.
La producción era en realidad un recorrido que moviliza al público de forma no convencional al punto de llevarlos al escenario, donde se convierten también en protagonistas de la obra. El proyecto es el resultado de una investigación de Rosa Amelia Poveda, basada en cartas de mujeres publicadas por la ONU y el libro ‘Cartas públicas de mujeres ecuatorianas’ de Ana María Goetschel.
Durante cerca de una hora, el Laboratorio Coreográfico Emergente Rosa Amelia Poveda mostró con energía las violencias que sufren las mujeres, desde las más simples y cotidianas, hasta llegar al femicidio. 15 bailarines en escena utilizan máscaras de lobo como “un símbolo de todo el lenguaje peyorativo con el que se refieren a las mujeres”, explicó Poveda cerca del final de la presentación.
Durante cerca de una hora la noche del 27 de julio del 2018, el Laboratorio Coreográfico Emergente Rosa Amelia Poveda mostró con energía las violencias que sufren las mujeres, desde las más simples y cotidianas, hasta llegar al femicidio. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
La obra no necesita de un teatro para su éxito. La ciudad y sus habitantes son el espacio y los protagonistas de una historia que se repite. Así, ‘La ciudad de las mujeres innobles ‘ no solo se vuelve una obra pertinente, sino necesaria para Ecuador. Lo es por Michelle, por Karina, por Emilia y por tantas otras que fueron silenciadas.