Una mujer junto a un grafiti de Quino y sus personajes en Buenos Aires. Foto: AFP
Mafalda llora la muerte de su padre y creador, un día después de su aniversario número 56. El artista gráfico conocido como Quino falleció este miércoles 30 de septiembre de 2020 a los 88 años de edad. La noticia fue anunciada por su editor Daniel Divinsky, a través de Twitter.
A Joaquín Salvador Lavado le decían Quino desde pequeño, para distinguirlo de un tío que llevaba el mismo nombre. Nacido en Mendoza, Argentina, a los 13 años empezó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de la que se retiraría para iniciar su carrera como dibujante de historietas.
Sus primeras tiras cómicas empezaron a publicarse en el semanario ‘Esto es’, desde 1954 y luego en otros medios impresos. Los personajes e historias de esas primeras viñetas fueron recogidas en el libro recopilatorio ‘Mundo Quino’ (1963), que revelan los trazos de un joven dibujante que empezaba a definir un estilo gráfico y narrativo. En esas primeras publicaciones pocos personajes tenían una identidad definida, pero ya se avizoraba un discurso cargado de humor negro y un sentido crítico.
El personaje con el que arriba a la posteridad es una pequeña niña suspicaz, curiosa, inconforme y preocupada por la paz y los Derechos Humanos a la que llamó Mafalda. Este personaje nació como parte de una campaña publicitaria fallida, que terminó en las páginas de ‘Primera Plana’, y que rápidamente alcanzó gran popularidad.
Para exponer sus dudas y puntos de vista sobre temas sociales, políticos o ambientales, Mafalda recurría a sus padres y amigos. Así fue como el universo de este personaje creció y se consolidó con la presencia de otros protagonistas.
Entre ese grupo de amigos estaba el materialista y conservador Manolito, el soñador y romántico Felipe, la chismosa Susanita, el ingenuo Miguelito y la irreverente Libertad. Estos niños que cuestionan el mundo de los adultos han protagonizado historietas con un profundo sentido crítico.
El padre y la madre de Mafalda complementan el entorno de esta niña que odia la sopa y que no tiene reparos en encarar a sus mayores con cuestionamientos filosóficos, éticos y morales, que trascienden el ámbito local. Por eso, la obra de Quino ha sido traducida a más de 30 idiomas, en distintos países del mundo, donde ahora se lamenta el fallecimiento del artista argentino.
Quino también llegó a retratarse a sí mismo como parte de un mundo lleno de personas comunes y corrientes y algunos personajes etéreos, con los que abordaba temas tan variados como la religión, la muerte, el amor, el sexo, el arte, la guerra y muchos más. Esta obra ha sido recogida en publicaciones como ‘Simplemente Quino’, ‘Sí… cariño’, ‘Humano se nace’, entre otras.
Sus inconfundibles historietas también han formado parte de las ediciones impresas de diario El Comercio. Su legado queda inscrito en cientos de viñetas, libros y series animadas que quedan como un referente para las nuevas generaciones de artistas gráficos.