El quechua se reivindica en Perú a ritmo de rock, pop, hip hop y trap

Fredy Ortiz, vocalista del grupo Uchpa, durante una prueba de sonido previa a un concierto en el Centro Cultural La Noche de la ciudad de Lima (Perú). Foto: EFE

Fredy Ortiz, vocalista del grupo Uchpa, durante una prueba de sonido previa a un concierto en el Centro Cultural La Noche de la ciudad de Lima (Perú). Foto: EFE

Fredy Ortiz, vocalista del grupo Uchpa, durante una prueba de sonido previa a un concierto en el Centro Cultural La Noche de la ciudad de Lima (Perú). Foto: EFE

El quechua, la lengua indígena más hablada de América, se reivindica en Perú a ritmo de los géneros musicales más modernos y vigentes como el rock, el blues, el pop, el rap e incluso el trap, para derribar la barrera de la discriminación que todavía implica utilizar el idioma de los incas en su propia tierra.

Ante la variada oferta musical en español e inglés, unos pocos artistas peruanos han fusionado los tradicionales géneros andinos con los estilos favoritos de las nuevas generaciones con letras en quechua, su lengua materna, que hablan 8 millones de personas en Suramérica, aunque muchos no la usan por temor a ser discriminados.

Los pioneros fueron la banda de rock y blues Uchpa (cenizas, en quechua), que ya lleva más 25 años con el runasimi (nuestra lengua) y el folclor andino como bandera de su música, cantada por Fredy Ortiz y compuesta por el guitarrista Marcos Maizel.

Video tomado de Uchpa

"Nuestra música tiene un alma andina. No es solo rock cantado en quechua. Si un campesino de los Andes nos escucha, siente esa alma", explicó a la  Ortiz, que antes de dedicarse a la música fue policía durante la época reciente más sangrienta de Perú, en el conflicto armado desatado por el grupo terrorista Sendero Luminoso.

"En toda violencia pierden ambas partes, y de la destrucción lo único que queda son cenizas, que en quechua es Uchpa, una palabra corta y fonéticamente atractiva. El quechua es muy expresivo", explicó Ortiz, de larga melena como los viejos rockeros.

El cantante recordó que Uchpa nació "casi como jugando", cuando gastaba casi todo su sueldo de policía en casetes de John Mayall, Johnny Winter, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Led Zeppelin, Deep Purple, AC/DC o Rolling Stones.

Luego, cuando se lo tomó más en serio, llegaron los huainos en clave de rock como "Ananao" (¡Qué dolor!) o los grandes éxitos a nivel nacional como "Corazón contento", cantados por Ortiz con su distintivo sombrero de danzante de tijeras, uno de los bailes folclóricos más coloridos y emblemáticos del Perú profundo.

"Es la danza más loca del Perú. Yo soñaba con hacer rock con danzantes de tijeras y waqrapukus (cuernos de vaca) y lo estamos haciendo", comentó Ortiz mientras se alistaba para cantar en La Noche de Barranco, el primer escenario donde Uchpa tocó en Lima.

Cuando termina de cantar en la capital, muchos jóvenes se acercan para comentarle orgullosos que sus padres son de regiones andinas como Cusco, Huancavelica o Apurímac, la misma donde nació él.

"Hay muchos jovencitos que ya no hablan quechua, pero hay otros que saben hablarlo y no lo hacen por marginación. Con nuestra música buena y contemporánea, motivamos a todos ellos para difundir nuestra lengua materna, que aceleradamente se está perdiendo", apuntó Ortiz.

La trayectoria de Uchpa ha inspirado a una nueva generación de cantantes peruanos, entre las que figura Renata Flores, Ruby Palomino y Liberato Kani.

Video tomado de Renata Flores Rivera

"Cuando escuché la versión de Uchpa en quechua de The house of rising sun fue impresionante. Esa fue la primera canción que versioné", Flores, una joven cantante que se hizo famosa en Perú con tan solo 14 años gracias a sus adaptaciones de temas de Alicia Keys o Michael Jackson.

"Fue un boom muy inesperado. No imaginaba para nada que tanta gente recibiría el mensaje de revalorar el quechua, aún más con la música, que para mí es un idioma que hablamos todos", recordó.

Ahora, ya con 18 años, Flores está preparando su primer disco, que también tendrá temas propios como su último sencillo, titulado "Tijeras", una canción donde se atreve con el trap.

"Tiene un mensaje muy potente y las melodías y la fusión que hemos también es muy fuerte. Es mi favorita. La letra habla de las mujeres y de no estar calladas y de la corrupción que hay ahora en estos tiempos. Dice Uyariy nisqayki, manchakuychu rimayta (escuchen todos, no te quedes callada)", explicó Flores.

La joven cantante nacida en Ayacucho afirmó que "cantar en quechua, más allá de revalorarlo, es una responsabilidad, un ejemplo de poder aprender el idioma, amarlo y respetarlo". "Eso es lo que quiero transmitir a todo el mundo. El quechua es un idioma muy importante, con toda una cultura e historia atrás", añadió.

La sonoridad y expresividad onomatopéyica del quechua cobra mayor fuerza en los raps de Liberato Kani, nombre artístico de Ricardo Flores, un joven amante del hip hop nacido en Lima pero criado en Apurímac. "El mensaje principal en mis temas es que el quechua suena bien, igual que otras lenguas nativas", dijo a Efe.

"El quechua nos identifica con nuestra historia y cultura. No hay por qué esconderse para hablarlo. Se ha perdido ese espíritu de sentirnos bien con nuestra identidad, sobre todo en las ciudades, pero eso está cambiando con los proyectos que están realizando los jóvenes", concluyó Liberato.

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