Hasankeyf es pueblo turco que fue parte de Mesopotamia que quedará bajo el agua por decisión el Gobierno de esa nación. Foto: Twitter Mutlu Civiroglu
Es uno de los espacios geográficos habitados por seres humanos más antiguos del mundo. Iglesias, cuevas, cementerios -algunos que datan de hace 12 000 años– componen la fachada de Hasankeyf, un pueblo turco que fue parte de Mesopotamia, aunque científicos presumen que podría haber surgido en la Edad de Bronce, entre 1 700 y 800 a.C. Sin embargo, su final ha llegado.
No se trata de un efecto colateral del cambio climático o el paso de los años, sino que el Gobierno de Turquía decidió convertir al pueblo en una represa gigante. Y lo hará sin la aprobación de los habitantes.
Según reporta la cadena informativa BBC Mundo, la represa -que será bautizada como Ilisu- se construirá como parte de un plan gubernamental diseñado en 1970. La idea es desarrollar la zona sur del país europeo con la construcción de más de 20 presas y 19 hidroeléctricas, de acuerdo con el Ministerio de Industria y Tecnología de Turquía, para enfrentar la desigualdad en esa región.
Además, la nación procura reducir la dependencia de la importación de energía. Sin embargo, el costo será alto, pues más de 70 000 personas serán desplazadas y las reliquias arquitectónicas conservadas durante siglos se hundirán bajo el agua.
Según la BBC, el Gobierno turco puso fecha límite para la despoblación: octubre del 2019. Los residentes intentan alcanzar una carrera contrarreloj, mientras el plan de contingencia de las autoridades ha sido entregar casas a algunos habitantes. Pero no de toda la población.
El rechazo se siente no solo en la sociedad civil, sino en la esfera de arqueólogos, historiadores y defensores del patrimonio cultural que descansa en este pueblo a las orillas del río Tigris. El movimiento para detener la construcción de la represa -encabezado por activistas medioambientales- logró una victoria efímera cuando las instituciones europeas que iban a pagar el proyecto retiraron sus fondos en el 2018. Sin embargo, en el 2019, bancos turcos ofrecieron su capital y el proyecto continuó.
Frente a la decisión incorruptible del Estado turco, la población posicionó el hashtag #SaveHasankeyf con el que se han acompañado fotografías y videos de la tragedia. En el material audiovisual, se observa cómo grandes máquinas van devorando espacios patrimoniales como mezquitas y viviendas antiguas.
Pese a la negativa de la población, el hundimiento ya es un hecho. Fuentes gubernamentales de Turquía -citadas por BBC Mundo- aseguran que el agua inundará Hasankeyf hacia finales del 2019 y que la represa estará terminada en 2020.