Miriam Calazacón, guía del centro cultural Mushily, retomó la cosecha de algodón y la confección de prendas típicas. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO.
Los tsáchilas retomaron el cultivo de algodón en Chigüilpe. Al menos unas 50 plantas ya dieron frutos los primeros días de mayo. Sin embargo, el proceso de producción se inició hace dos años aproximadamente, en el centro cultural y turístico Mushily.
La idea inicial de ese proyecto era recrear al turista el proceso de producción y elaboración de la vestimenta típica. Pero esa visión cambió cuando iniciaron la escuela cultural para enseñar a los niños sobre las costumbres y tradiciones tsáchilas.
Abraham Calazacón, líder del centro cultural Mushily, señaló que la tradición de elaborar la vestimenta tsáchila se perdió porque los tsáchilas deforestaron los árboles de ceibo para cultivar frutos e incluso arrendar las tierras.
Además –agregó– hace más de 50 años, cuando los colonos empezaron a llegar a las comunas, se introdujeron nuevas formas de vestir y las mujeres dejaron de confeccionar la indumentaria típica de la nacionalidad.
Hace 20 años, los nativos retomaron la vestimenta con fines turísticos. “Para esa época ya no había plantaciones. Por eso tuvimos que acudir a otras provincias como Imbabura para comprarlas”.
Miriam Calazacón, guía turística de Mushily, aseguró que la falta de algodón cambió por completo las actividades y responsabilidades de las mujeres.
Antes se dedicaban a la siembra y recolección del algodón para luego hilarlo, tinturarlo y confeccionar las prendas. Luego de la extinción de la planta se dedicaron a la recolección de frutos, la venta de productos agrícolas, las tareas del hogar y posteriormente a la elaboración de artesanías para venderlas en los centros culturales. Otras, en cambio, se dedicaron al chamanismo.
Con el proyecto del algodón, en Mushily se busca retomar la confección de las prendas.
Se tiene previsto que para el verano del 2019 ya se tenga un cultivo de al menos 500 plantas. Para lograrlo, están motivando a los turistas para que les ayuden a sembrar. “Les explicamos el proyecto y ellos eligen un lugar bonito y plantan la semilla”.
La idea de Miriam y Abraham Calazacón es que los niños de la comuna aprendan todo el proceso y a futuro ellos elaboren las prendas.
En el centro cultural Mushily ya se les enseña a recolectar el algodón. Primero deben tomar una hoja grande de plátano, donde colocan los frutos y al abrirlos obtienen el algodón. El primer paso es retirar las semillas y apartarlas en otra hoja para sembrarlas.
Luego se debe envolver el algodón en un palo de madera para empezar a hilarlo.
Si se va a utilizar para hacer las coronas tsáchilas, los hilos son gruesos. Pero si es para las faldas se deben hacer hilos delgados, similares a la lana. Estos se enrollan y se colocan en los telares. La confección puede tardar hasta un mes.