Brazos biónicos, controlados por el cerebro

Bryan Torres perdió sus dos brazos. Fue operado para tener una prótesis biónica.

Bryan Torres perdió sus dos brazos. Fue operado para tener una prótesis biónica.

Bryan Torres perdió sus dos brazos. Fue operado para tener una prótesis biónica. Foto: Javier Flores / EL COMERCIO

Niños que nacen sin brazos o personas que sufren amputaciones tras descargas eléctricas, accidentes industriales o en guerras. En Quito, ellos ya pueden someterse a una intervención, que les permitirá meses después usar una prótesis biónica, que se mueve gracias a las órdenes que emite el mismo cerebro del paciente.

Eso se consigue a través de la técnica llamada TMR o Reinervación Dirigida al Músculo, ideada por Gregory A. Dumanian, cirujano, y Todd Kuiken, especialista en rehabilitación e ingeniería biomédica. Ambos trabajan en EE.UU.

Dumanian vino desde el Northwestern Memorial Hospital, de Chicago. Y efectuó una intervención en el Metropolitano, de la capital, en donde ya es posible utilizar esta técnica en personas con amputaciones en los brazos.

El estadounidense David Krupa, protesista certificado en su país, contó que el procedimiento consiste en volver a conectar el nervio, que tras una amputación, queda como un alambre o cable en el aire, sin conexión. Él, originario de Chicago, es director de la Fundación Range of Motion Project (ROMP). Dice que es la primera vez en la región que se hace una cirugía de este tipo.

Diego Palacios, cirujano del Hospital Metropolitano, que estuvo en la intervención, comentó que lo que se hace es utilizar el nervio de la zona amputada y transferirlo a un músculo contiguo sano.

Es necesario, explica el médico, que exista el nervio plexo braquial, el que está en la base del cuello y el hueco axilar y es responsable de los movimientos del brazo. Si no se cuenta con este, para que sea transferido al músculo pectoral, no se puede transmitir la señal.

Esos músculos producen señales en la superficie de la piel, que pueden ser usadas para controlar las prótesis.

¿Por qué se conectan al pecho los nervios del hombro? Krupa responde que se busca generar actividad eléctrica en los músculos del pecho, como si fueran los del brazo, para que el pecho comience a responder a las órdenes que emita el cerebro: flexionar codos, cerrar o abrir la mano. Esa actividad se medirá meses después con electrodos, para controlar el brazo biónico.

La fabricación de la prótesis comenzará en cinco meses, de acuerdo con la recuperación y éxito de la reinervación de los músculos, adelantó Krupa, protesista radicado en Ecuador desde hace unos 10 años.

El 10 de diciembre del 2016, en el Metropolitano se intervino a Bryan Torres, quien en mayo cumplirá 17 años. El 10 de febrero del 2015 él jugaba carnaval en la azotea de la vivienda de un amigo, cuando sufrió una descarga eléctrica y perdió sus dos brazos. Apenas conservó la cabeza del húmero, en el hombro.

Bryan cursa el segundo de bachillerato en la Unidad Educativa Tumbaco. Es atleta, se integró a la Federación Ecuatoriana para Discapacidad Física. Se mantiene ocupado entre sus estudios y el deporte. Pero sueña con la posibilidad de tener otra vez dos brazos que hagan más fácil su día a día.

En una de sus intervenciones públicas, Todd Kuiken habló de la evolución de la medicina, con el uso de la biónica en pacientes amputados. Dijo que no tener brazos resulta invalidante, ya que las manos son instrumentos y no tenerlas impide hacer acciones tan cotidianas. “No es posible tomar objetos ni saludar. Con las manos interactuamos”.

Al ser transferido el nervio, se le quita su función natural y se la lleva al músculo al que lo dirigen. Los días posteriores, el paciente debe entrenarse para enviar al cerebro las órdenes de “quiero mover mi brazo” o “cerrar mi mano”.

El paciente quiere realizar esos movimientos con sus brazos, pero en realidad mueve su músculo pectoral. Entonces la prótesis podrá empezar a actuar y se convertirá en un amplificador de la señal (orden del cerebro) gracias a unos sistemas eléctricos.

Al siguiente día de la operación, Bryan Torres empezó a desarrollar los ejercicios que le recomendaron. “Hago que mi cerebro les diga a mis brazos o miembros fantasmas (porque ya no están) que ejecuten órdenes”, comenta.

Por ejemplo, repite cerrar la mano y siente que su pecho empieza a vibrar. Bryan es hijo único, lo apoyan sus padres, pero quiere ser más independiente. Y en el futuro estudiar psicología en la universidad.

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