La danza en honor a las mujeres otavaleñas se difundió en un acto contra la violencia. Foto: Bolívar Velasco / EL COMERCIO
Las mujeres danzan al ritmo de la música andina, en la que se sobrepone la melodía del rondador y otros instrumentos acústicos. Con sus cabezas hacen giros circulares y mueven sus manos, como si izaran algo. Luego se arrodillan y colocan rosas alrededor de sus anacos de color negro.
La danza refleja la cultura de las mujeres kichwas del pueblo indígena de Otavalo. Y es uno de los rituales que el ballet folclórico Pacha Samy llevó a escena en el marco de su última gira de este año que, además, significa el cierre de sus actividades por su séptimo aniversario de creación.
John Jumbo, director de la agrupación, informó que durante los recorridos por Sierra y Costa rindieron homenaje a las culturas indígenas de Otavalo, Saraguro y Tsáchila. En Santo Domingo, por ejemplo, este fin de semana se presentaron en el marco de un acto contra la violencia de la mujer. Según Jumbo, a través del arte envían un mensaje a la sociedad sobre la importancia del rol de la mujer en lo laboral y cultural y que su grupo refleja en sus danzas.
La otavaleña se destaca en las melodías de Pacha Samy por su trabajo artesanal en la elaboración de la indumentaria kichwa y sus artesanías.
Lo que caracteriza al ballet es la originalidad de sus trajes que se incorpora con vestimenta propia que va a acorde con la puesta en escena.
Pacha Samy inició su trabajo cultural en el 2012, en Santo Domingo de los Tsáchilas. Pero fue la provincialización lo que los llevó a asumir este reto de producción cultural.
Según el director John Jumbo, el arte no había sido tomado en cuenta y las tradiciones del pueblo Tsáchila eran poco difundidas. Por eso, el conjunto decidió proyectarse en el ámbito nacional e internacional bajo su eslogan: “Tierra, alegría y color”.
En estos siete años, el grupo ha llevado la cultura del Ecuador a países como Chile y Colombia. Sus giras en la escena nacional se han visto en siete ciudades.
Ahora la agrupación se ha propuesto incorporar un nuevo repertorio a su portafolio de contenido. En el momento se trabaja en cinco temáticas que buscan adaptarse a las nuevas realidades de las culturas indígenas.
Con la cultura otavaleña se trabaja para incorporar la dinámica de la migración que ha tenido este pueblo en los últimos años. Los libretistas del grupo viajaron a esa provincia para entrevistar a familiares de los migrantes y conocer las motivaciones que llevaron a sus parientes a viajar al exterior.
Con la cultura Tsáchila, en cambio, se documenta el emprendimiento cultural a partir de los nuevos centros ceremoniales que se han levantado en las siete comunas.
Karina Andrade, subdirectora de Pacha Samy, dijo que dentro de seis meses el nuevo trabajo escénico estará en los escenarios del país.
La idea es que la presentación de este nuevo material se difunda en las dos provincias, para que sus habitantes conozcan que una agrupación independiente trabaja por el rescate de sus culturas autóctonas.