El propio Banco Mundial, en su ‘Informe sobre el Desarrollo Mundial 2019’, señala que los robots están realizando miles de tareas rutinarias y eliminarán muchos empleos de baja especialización.
El mundo enfrenta hoy una crisis existencial por el futuro del trabajo. Por un lado, la automatización en las empresas avanza a pasos acelerados y, por otro, el desempleo parece ser inminente si las personas no ajustan su preparación para los empleos del futuro.
El propio Banco Mundial, en su ‘Informe sobre el Desarrollo Mundial 2019’, señala que los robots están realizando miles de tareas rutinarias y eliminarán muchos empleos de baja especialización. Los trabajadores que realizan tareas rutinarias o “codificables” son los más proclives a ser reemplazados por un robot. Sin embargo, la tecnología brinda también oportunidades para crear nuevos empleos, aumentar la productividad y prestar mejores servicios públicos.
Lo anterior ya lo sabe DBS Bank, donde el equipo de Adquisición de Talento creó JIM (Jobs Intelligence Maestro), un robot de reclutamiento virtual que utiliza inteligencia artificial para seleccionar a los candidatos para el puesto de administrador de planificación patrimonial, un trabajo de alto volumen en este banco.
Tras la introducción de JIM, en mayo del 2018, se logró acortar el tiempo de selección de 32 a 8 minutos por candidato, mejorar la tasa de finalización de la solicitud de empleo del 85% al 97% y responder un 96% de todas las consultas de los candidatos. “Los reclutadores ya no necesitan pasar horas evaluando a miles de aspirantes, y quedan libres para hacer trabajos de mayor valor”, cuenta Jeanne Meister, socia de Future Workplace, una firma de investigación y asesoría en Recursos Humanos.
En un artículo publicado la semana pasada por la revista Forbes, Meister explica que los reclutadores de DBS han desarrollado una nueva habilidad: capacitar a JIM para evaluar a los candidatos y responder a sus preguntas. “El trabajo futuro de un reclutador puede ser el de Entrenador de Chatbots”.
Desde hace varios años, el mercado laboral demanda más personal especializado y con nuevas habilidades. Desde el año 2000, el porcentaje de empleos que requieren habilidades cognitivas y socioemocionales no “codificables” ha aumentado del 19 al 23% en países en desarrollo, señala un reporte del Banco Mundial.
Los empleos del futuro exigirán habilidades específicas y complejas. ¿Cuáles? Conocimientos tecnológicos, capacidad para resolver problemas difíciles, trabajo en equipo y pensamiento crítico, así como habilidades blandas como perseverancia, colaboración y empatía. Para desarrollar estas habilidades, dice el Banco Mundial, se requieren sólidas bases de capital humano y un aprendizaje permanente, lo cual implica que los gobiernos deban invertir fundamentalmente en educación y salud.
“Cuando analizamos la magnitud del desafío de prepararnos para el futuro del trabajo, es importante entender que muchos niños que actualmente asisten a la escuela primaria, una vez que lleguen a la edad adulta trabajarán en empleos que hoy ni siquiera existen”, señaló Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial.
El desarrollo acelerado de la tecnología hace difícil pronosticar cómo será el mercado laboral en el futuro. Pero un informe reciente de la consultora Cognizant definió 50 empleos que podrían surgir en los próximos años: 45 empleos reales y 5 posibles o ‘proxy’.
Ahí están empleos de alta y baja tecnología, unos comienzan a aparecer en el mercado y otros están en un punto lejano.
Estos trabajos girarán en torno al entrenamiento, al cuidado y la conexión, aprovechando las emociones humanas para construir los pilares de la nueva ola de empleos, señala un artículo de la revista Forbes.
La ética, por ejemplo, desempeñará un papel importante al garantizar que las máquinas funcionen acorde con los estándares aceptables internacionalmente. Eso significa que los algoritmos que gobiernan a las máquinas sean confiables y eso demandará de empleos como el de auditor de sesgos de algoritmos, pero también de un jefe de diseño de personalidad de máquinas.
La seguridad también seguirá siendo un gran problema en el futuro y un agente de ataque cibernético será necesario, así como un responsable de riesgos de la máquina.
También surgirán empleos de naturaleza muy aspiracional para hacer realidad los sueños de alta tecnología, lo que demandará de diseñadores de casas inteligentes.
Para hacer un seguimiento del progreso de estos trabajos, Cognizant lanzó en noviembre pasado el Índice de Empleos del Futuro, que muestra cómo el trabajo está cambiando a medida que las empresas digitalizan sus estrategias, procesos y modelos de negocios.
Según la compañía, este índice explica cómo se trabajará en un mundo de inteligencia artificial, automatización, algoritmos, bots y big data.El reporte más reciente sobre este índice señaló que los empleos del futuro de más rápido crecimiento en el 2018 fueron: consejero genético, ayudante de cuidado personal, supervisor de transporte y diseñadores de moda y de videojuegos. En cambio, los que registraron mayores caídas fueron: instalador de energía solar, gestor de energías alternativas, ayudante de salud en el hogar, enfermeras e ingenieros aeroespaciales.
Para el año 2025, la revolución tecnológica abrirá nuevas oportunidades de carrera en sectores que hoy están en sus albores, señala el informe Tomorrow’s Jobs, del 2016, publicado por la BBC y elaborado por especialistas de Microsoft y de la consultora británica The Future Laboratory.
En ese informe se señala que entre los empleos del futuro están, por ejemplo, guía turístico espacial, que no es tan lejano, pero estará disponible solo para multimillonarios. Eso sí, el guía necesitará conocimientos sobre la ubicación de satélites y de desechos espaciales para elaborar visitas a los lugares más interesantes.
Si el futuro del trabajo ya es cambiante, la educación deberá adaptarse a esa realidad. Por eso se prevé que la educación en línea ganará espacio, debido a su flexibilidad, ritmo personalizado y retroalimentación instantánea. Se necesitarán más profesores ‘on line’.