La escasez de azúcar blanca que se siente en estos días pudiera ser un buen pretexto para elegir endulzantes más saludables.
Pese a que cumple una función muy dulce, el azúcar refinada no es saludable. ¿Por qué?. Por el proceso industrial al que es sometida y que la convierte en una sustancia química, que carece de vitaminas y minerales.
Además, aporta solo con glucosa, que llega de forma instantánea a la sangre y provoca el alza artificial y brusca de azúcares. Por esas causas, está prohibida para las personas con diabetes.
El médico naturista Fabián Vargas explica que en el proceso de refinamiento se le extraen todos los nutrientes. Entre ellos, las proteínas, las vitaminas y los minerales como el magnesio y cromo. Este último es básico para el metabolismo del organismo.
En tanto, para el nutricionista Marco Lascano, el azúcar blanca es un hidrato de carbono refinado, cuyo consumo excesivo produce daños a la salud.
Los especialistas no recomiendan su consumo. Y coinciden en que el azúcar refinada es también un depresor del sistema nervioso e inmunológico.
El organismo hace un exagerado esfuerzo para digerir el azúcar y se debilita, dice Vargas. Está demostrado, explica, que el azúcar en la sangre rodea a las proteínas y les impide actuar como defensas. Por lo tanto, afecta el sistema inmunitario.
Vargas, además, compara el azúcar con una droga, porque causa adicción y depresión. Cuando se consume el endulzante el organismo responde con una sobrecarga de energía. Pero al terminar el efecto, queda débil y para recuperarse pide más. Esto provoca un mayor consumo, una de las causas de la obesidad, pues el azúcar se convierte en grasa.
Lascano incluso es partidario de prescindir del endulzante. La dieta diaria no incluye el consumo de azúcares, agrega. Endulzar con azúcar responde a una costumbre que se ha adquirido para que los alimentos tengan un sabor agradable.
El nutricionista aconseja retirarla de la dieta. “Así se previenen enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes.
Entonces, ¿qué hacer? En el mercado existen seis alternativas saludables. Se trata del azúcar morena (cuesta desde USD0,80 el kilo), el azúcar de remolacha (USD 1, el kilo), la panela (USD 0,30 por un bloque de 250 g), la melaza (USD 4,50 por un envase de 300 g) y la miel de abeja (USD 4 por 250 g).
Todos contienen proteínas, fibras y vitaminas, entre otros nutrientes. (Ver tablas),
Los seis productos pueden consumirse en jugos, infusiones, café, postres, etc.
¿Pueden consumirlos todas las personas? No. Están contraindicados para los diabéticos. Para ellos se recomienda la stevia. Esta planta no tiene calorías y reduce el nivel de azúcar en la sangre. También regula la presión arterial. Por una funda de 20 g se paga USD 1,17. Para endulzar un litro de agua bastan 3 g.
A pesar de que son saludables, Lascano indica que el consumo de azúcares debe mantenerse entre 20 y 30 gramos al día. Es decir de dos a tres cucharaditas.
¿Qué pasa con los edulcorantes?. Su venta es libre y permitida por la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos. (FDA, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, Lascano y Vargas aconsejan un consumo moderado.
El proceso de refinación es cuestionado
El nutricionista francés Michel Montignac, en un artículo publicado por el diario español El Mundo, califica al azúcar blanca de “veneno que no existía hace dos siglos en nuestras mesas ni comedores”. Y agrega: “En 1800 lo consumían en una proporción de 150 g por persona y año. Ahora subió hasta 40 kilos en Europa y 80 en EE.UU”.
El proceso de refinación del azúcar blanca también es cuestionado porque elimina los nutrientes. Por ejemplo, el portal especializado www.biomanantial.com señala que este tipo de endulzante “se obtiene mediante un proceso químico múltiple del jugo de caña de azúcar o remolacha, que elimina todas las proteínas y la fibra de la planta.
En el Ecuador, según las estadísticas oficiales, el consumo anual de azúcar blanca es de 8,5 millones de sacos de 50 kilogramos. Al año, los ingenios ecuatorianos producen 10 millones de sacos.