La presencia de mujeres en la ciencia es escasa a nivel mundial. Foto: cortesía.
Este jueves 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Hoy en día, las mujeres representan menos del 30% de los investigadores en el mundo. La Asamblea General de la ONU escogió esta fecha cuando aprobó la resolución en 2015. Según explica Naciones Unidas, la ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, los cuales están incluidos en la Agenda 2030 del organismo.
Según la investigadora ecuatoriana Lorena Jaramillo, los estereotipos de género son la razón por la que la presencia de las mujeres en la ciencia es tan reducida. La ingeniera química, catedrática de la Escuela Politécnica Nacional, es partidaria de inculcar en los hijos, y más aún en las hijas, el interés por el conocimiento. La académica recalca que, en ciencias, como en muchos aspectos de la vida, las mujeres han sido relegadas a un lugar secundario, incluso cuando su aporte es equivalente o superior al de sus colegas hombres.
De acuerdo con la investigadora ecuatoriana Katya Romoleroux, quien recientemente ganó el Premio Nacional Eugenio Espejo en la categoría Ciencia, lo plausible es que las mujeres tienen cada vez más acceso a la educación superior y entre ellas, están las que eligen profundizar sus conocimientos en diferentes áreas como la ciencia, la ingeniería y las matemáticas. La especialista en Botánica de la Pontificia Universidad Católica recalca que la mujer durante mucho tiempo ha sido relegada en este campo. Sin embargo, considera que se están empoderando y jugando un papel más representativo en la ciencia. “Hay que darnos nuestro lugar y seguir trabajando”.
La investigadora reconoce que durante muchos años se asignó a la mujer ciertos roles vinculados, sobre todo, con la maternidad, y se la desplazó de otros ámbitos como el conocimiento científico. Romoleroux hace hincapié en que en otros países es más fácil para las mujeres destacarse a nivel científico, pero precisa que en Ecuador tienen un papel cada vez más activo. Añade que en ningún país la presencia de la mujer en la ciencia alcanza la equidad de género.
Karen Acosta, biotecnóloga de la Escuela Politécnica de Chimborazo, precisa que sí existe una diferencia entre las mujeres científicas de Ecuador respecto a quienes se dedican a esta misma área en otros continentes como Europa. En el país, todavía hay menos oportunidades por una mayor carga familiar sobre los hombros de la mujer, lo cual le resta tiempo para dedicarse de lleno a la investigación. Además, dice que las leyes laborales, no le permiten a la mujer poder compaginar las tareas familiares con las de carácter científico. “La mujer en Ecuador tiene que escoger entre la familia y el mundo académico”. Para mejorar esta situación, hay que motivar más a las mujeres para que se sientan atraídas por el fascinante campo de la ciencia.
Mientras tanto, Nora Oleas, PhD en Botánica y catedrática de la Universidad Indoamérica, advierte que muchos de los avances científicos fueron hechos por mujeres, solo que la cara visible han sido los hombres. Enfatiza que al ser las mujeres la mitad de la población, pueden contribuir en esa proporción al desarrollo científico. Considera importante que se las visibilice más para que la sociedad reconozca su trabajo. En el mundo, precisa, hay países donde hay políticas que incentivan a que las mujeres se involucren con el campo científico, sobre todo, en Europa, donde no se asignan los roles tradicionales a las mujeres.