Los investigadores descubrieron descubrieron que para aquellos que habían respondido afirmativo en cuanto al consumo de pornografía, las probabilidades de separación con su pareja aumentaban de 5 a 10% en hombres y de 6 a 18% en mujeres. Foto referencial: Flickr / Vic
Hombres y mujeres que comienzan a consumir pornografía durante el matrimonio duplican las posibilidades de un divorcio con su pareja, según afirma un estudio publicado por la Asociación Americana de Sociología el pasado lunes 29 de agosto de 2016.
En una encuesta realizada desde el año 2006 hasta el 2014, investigadores de la Universidad de Oklahoma hablaron con 5 698 personas y les preguntaron si habían visto una película porno a lo largo del año. De estas, 1 681 respondieron que sí lo habían hecho.
Durante los ocho años de estudio, los investigadores continuaron recavando información de los encuestados. Descubrieron que para aquellos que habían respondido afirmativo en cuanto al consumo de pornografía, las probabilidades de separación con su pareja aumentaban de 5 a 10% en hombres y de 6 a 18% en mujeres.
Sin embargo, ¿está directamente relacionada la pornografía con el divorcio, o es únicamente una causal secundaria? Samuel Perry, el autor principal del estudio, aseguró a la revista Science que “nos estamos aproximando a donde podríamos decir que hay un efecto direccional”.
En efecto, en las mujeres participantes del estudio que dejaron de consumir material pornográfico, sus posibilidades de divorcio volvieron a bajar de 18 a 6%. Con los hombres estudiados no se pudo ver este efecto, puesto que quienes admitieron ver pornografía -entre un 55 y 70% del total de encuestados– la gran mayoría no había dejado de hacerlo con el pasar del tiempo.
Del estudio se sacaron también otros datos interesantes. A quienes más afecta el consumo de pornografía es a los matrimonios más jóvenes; es decir, las parejas de menor edad son mucho más propensas a divorciarse por el porno.
Por otro lado, las parejas que consumen pornografía y que pertenecen a una sociedad religiosa, son mucho menos proclives al divorcio. Estos dos últimos descubrimientos todavía no tienen una explicación teórica consolidada, pero la evidencia estadística del estudio los respalda.