El Arrayán (Myrcianthes hallii) se puede localizar en lugares húmedos, en bosques secos. Las hojas son pequeñas. Alcanza los 5 m. altura. Foto: Wikicommons
En la última década, uno de los programas de reforestación más ambicioso de Asia fue ‘Grain for Green’. A través de este se buscó que 26 de las 31 provincias chinas alcancen una tasa de reforestación neta de 28 millones de hectáreas, comparado con el tamaño Nueva York y Pensilvania.
A pesar de los esfuerzos, el programa fue criticado por un punto en especial: el monocultivo de bosques. En su intento por mitigar y prevenir la erosión del suelo, las autoridades chinas promovieron cultivos exclusivos de especies exóticas como el bambú, el eucalipto y el cedro japonés, dejando al margen a las plantas nativas que formaban parte del paisaje típico de estos lugares.
Luego de revisar 258 publicaciones (la mayoría en mandarín), los expertos de universidades de Estados Unidos, Reino Unido y China determinaron, en artículo publicado el año pasado en la revista Nature Communications, que estos monocultivos de bosques afectaban directamente a la biodiversidad. Por ejemplo, el Niltava davidi, un ave pequeña típica de la zona, redujo su población debido a la carencia de diversos tipos de plantas nativas.
Wilson Tapia, docente de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Las Américas, asegura que las especies nativas son fundamentales para los ecosistemas, ya que conservan la fauna de la zona. Además, son resistentes a las plagas, no consumen muchos recursos como el agua, no acidifican los suelos, se adaptan rápidamente, entre otras características.
En el Ecuador se registran actualmente 18 198 especies de plantas vasculares. De estas, 17 748 son nativas, según los registros del Ministerio del Ambiente (2013). La Sierra es la región con mayor presencia de estas plantas vasculares nativas, con 9 865 especies.
Estas especies vasculares nativas tienen varias amenazas identificadas por el Ministerio del Ambiente en el Quinto Informe Nacional para el Convenio sobre la Diversidad Biológica 2015. Entre estas se encuentran las diferentes escalas de deforestación (como es el caso del cambio en el uso del suelo para actividades agropecuarias). En 1990, la superficie de cobertura de bosques nativos en el país fue de 14 698 115 hectáreas, mientras que en el 2012 fue de 12 879 571 hectáreas.
En el país, existen varias iniciativas que promueven la reforestación con plantas nativas. Es el caso de Sebastián Cornejo, empresario turístico y dueño del Hotel CotopaxiPungo. Uno de sus ideales es que los visitantes conozcan qué árboles y animales existen en la zona.
Durante 10 años, Sebastián junto con su familia reintrodujeron especies nativas como alisos, guantos, polylepis, laureles, tilo, pumamaqui, peralillo, entre otros. Antes, en este sitio existían otras como el pino y eucalipto. “La tierra entró en un proceso de recuperación para que se pueda plantar la flora nativa, como el aliso, considerado uno de los árboles regeneradores de áreas devastadas o en proceso de cambio”, comentó Cornejo.
En los últimos años, la reforestación con plantas nativas se convirtió en un tema de interés nacional. Es así que en el 2015, esto fue reconocido internacionalmente cuando el Ecuador recibió el premio Guinness por el proyecto ‘Siembratón’, que reunió a la mayor de cantidad de personas (44 000) sembrando plantas nativas simultáneamente en múltiples sitios.
Tatiana Jaramillo, directora técnica del Jardín Botánico de Quito, asegura que la población necesita conocer sobre las ventajas que tienen este tipo de flora. A su criterio, estas plantas no tienen tanta acogida por parte de la gente, ya que existe desconocimiento de sus características. También se encontraría el hecho de que muchas veces se prefieren otras especies más llamativas, pero que, a largo plazo, pueden resultar dañinas para los suelos donde son cultivadas.