Mushusk Pakari es un proyecto educativo que promueve el aprendizaje de etnobotánica en el valle de Los Chillos. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Parques, jardines y bosques son algunos de los escenarios en los que cerca de 20 jóvenes y adultos aprenden sobre los ‘poderes’ de plantas como la chilca, el eneldo o la manzanilla, utilizadas por nuestros antepasados para calmar un sinnúmero de dolencias y para alejar las malas energías.
Los participantes, muchos de ellos mestizos, se reúnen cada fin de semana desde hace más de un año en La Armenia. En el 2015, precisamente, Kylago y su esposo abrieron Mushusk Pakari, una escuela que difunde saberes ancestrales y que en español significa Hacia un Nuevo Amanecer. “Creamos la escuela para compartir el conocimiento adquirido durante más de 20 décadas”, cuenta Kylago.
Una de las estudiantes que frecuenta la escuela se llama Ana Gabriela Meza, de 30 años. Ella llegó a los encuentros motivada por conocer cómo vivían, celebraban y se alimentaban nuestros antepasados. Dentro de esas clases encontró una que habla de las bondades de plantas milenarias. “Necesitaba estar en contacto con las plantas porque además de mestiza soy indígena”.
Sobre la chilca, por ejemplo, aprendió que sirve para eliminar la mala energía. Cuando se trata de sacarla de casa o de un lugar cerrado, Kylago recomienda usar las hierbas como si se tratara de una escoba.
La manzanilla, en cambio, sirve para tratar molestias estomacales. “La naturaleza es sabia y nos regala plantas que nos curan y que crecen en cualquier bosque”, dice. En La Armenia hay una quebrada en la que crecen masivamente esa y otras plantas como el eneldo, que está a disposición de todos los moradores del sector. Sin embargo, lo único que piden los miembros de esa escuela es que se use de acuerdo con las necesidades por respeto a la Pacha Mama.
Ese respeto a la tierra también forma parte de las enseñanzas que reciben los alumnos. “No se trata de ser mejor o peor. Se trata de respetar y retribuir lo que la naturaleza nos da”, cuenta Meza. Y es que, según Kylago, la tierra provee al ser humano de alimentos y plantas para tratar también inflamaciones e infecciones.
En esos sectores, muchas veces prendidos fuegos, está otra planta ‘milagrosa’: el jengibre, ideal para tratar molestias relacionadas con la garganta y males respiratorios.