Tungurahua: Píllaro conserva su páramo

Desde uno de los miradores se puede observar las ciudades Ambato, Píllaro y Patate. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Desde uno de los miradores se puede observar las ciudades Ambato, Píllaro y Patate. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Desde uno de los miradores se puede observar las ciudades Ambato, Píllaro y Patate. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Los 227 pobladores de la parroquia Baquerizo Moreno, en el cantón Santiago de Píllaro, cuidan recelosamente su páramo, ubicado desde los
2 500 hasta los 3 800 metros sobre el nivel del mar.

Esta zona de abundante diversidad de flora y fauna será declarada por la Junta Parroquial como un Área de Conservación y Uso Sustentable (ACUAS). Las 400 hectáreas de páramos y bosque andino se encuentran en las proximidades de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Llanganates.

Además es el principal brote de vertientes de agua del cual se benefician sus protectores y seis barrios de la parroquia San Miguelito. El líquido vital es utilizado para regar extensas zonas de pastizales y sembríos de árboles frutales, papas, maíz y otros.

Diego Soria, presidente de la Junta Parroquial de Baquerizo Moreno, indicó que los estudios biológicos, ambientales y de suelos ya fueron entregados a las autoridades.

También se realizaron capacitaciones sobre el cuidado del páramo a los propietarios de los terrenos aledaños y a la población. Otra de las acciones para proteger la zona fue ubicar alambres de púas para evitar que el ganado, leñadores y cazadores invadan la zona.

La autoridad parroquial aseguró que el proceso de conservación se inició en el 2001. La iniciativa contó con el apoyo de la Prefectura, el Fondo de Páramos y otras instituciones con la elaboración de un Plan de Manejo de Páramos. Una de las acciones fue retirar al ganado lechero de la zona alta.

“Esta zona tiene abundante agua en época de estiaje y por eso la cuidamos. Además, se construyó un tanque reservorio para dotar de agua de riego y de consumo a la parroquia”, aseguró Soria.

Para llegar a los páramos de Baquerizo Moreno, primero pasa por el centro del poblado y luego se asciende por una angosta vía asfaltada y de tierra. El viaje dura alrededor de una hora hasta un reservorio.

Lorena Ortiz, técnica Ambiental de la Junta Parroquial, explicó que en los estudios se logró determinar que hay tres pisos climáticos en la zona, para lo cual dividieron en sitio en dos partes. Uno de estos sectores está considerado como área de conservación donde se puede encontrar el oso andino, venados, sachacuy (cuy de monte), dantas, puma de color y otros mamíferos de la zona. Además, se registró la presencia de seis especies de anfibios y 67 clases de aves entre ellas el tucán andino.

Otra de las causas para no permitir el ingreso de turistas a esta zona es que la montaña es inestable y se detectan deslaves esporádicos.

“Hay animales que están en la lista de peligro de extinción y buscamos ayuda internacional para continuar con la protección. Nuestros abuelos cuentan que hubo un hundimiento de la montaña y por eso hay deslaves”, aseguró Ortiz.

Otra de las zonas del área protegida es considerada como de uso múltiple. Varios senderos conectan a la zona de orquídeas, las cascadas La Toma, Puxe y Cañón Bravo y miradores de aves o de la Ruta de los Volcanes. Además, hay helechos gigantes considerados como fósiles. A varios de estos espacios se debe caminar más de cinco horas.

“Este es un ecosistema que se encuentra vivo. Varios años de trabajo nos tomó para concientizar del cuidado del páramo a las autoridades y dirigentes”, dijo el vecino Raúl Pérez.

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