Planes para cinco gigantes del mar que habitan en aguas del país

Ballenas jorobadas, mantas gigantes, tortugas laúd, tiburones  ballena y  peces luna son parte de la megafauna marina que se ha tratado de proteger. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

Ballenas jorobadas, mantas gigantes, tortugas laúd, tiburones ballena y peces luna son parte de la megafauna marina que se ha tratado de proteger. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

Ballenas jorobadas, mantas gigantes, tortugas laúd, tiburones
ballena y peces luna son parte de la megafauna marina que se ha tratado de proteger. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

Viajan miles de kilómetros, surcando los océanos del mundo. Son los ‘enormes aviones’ del mar, buceadoras de aguas profundas que alcanzan hasta 10 m de diámetro.

La mantarraya gigante o Manta birostris es uno de los imponentes visitantes de las costas ecuatorianas, específicamente de la Isla de la Plata, en el Parque Nacional Machalilla (Manabí). Hasta aquí llegan entre junio y octubre, atraídas por las cálidas aguas que acarrean abundante alimento.

10 años atrás existían pocos datos científicos sobre esta majestuosa especie, hasta que la doctora Andrea Marshall, directora científica de la Fundación Megafauna Marina, empezó a estudiarlas en Mozambique (África). Así comenzó una campaña para su conservación.

En 2010, su investigación arrancó en Ecuador. Aquí, hasta septiembre del 2014, identificaron a 1 600 individuos, la población más grande del mundo pues otros países, como México y Brasil, no superan las 300.

Para el biólogo Michel Guerrero, director ejecutivo de la Fundación Megafauna Marina Ecuador, la corriente de fría Humboldt favorece la visita de la Manta birostris y de otros ­gigantes del océano.

Particularmente en Ecuador, al golpear en la plataforma continental, esta corriente produce un efecto de afloramiento de nutrientes. Grandes cantidades de zooplancton y fitoplancton emergen desde las profundidades, atrayendo a los gigantes del océano.

En otras épocas del año, la corriente cálida de Panamá genera otros nutrientes. Los microorganismos generados por estas corrientes son la dieta predilecta de la megafauna marina. Estas especies se caracterizan por ser filtradores, es decir, sus centenares de diminutos dientes sirven para filtrar su microscópico alimento.

Un ejemplo es el tiburón ballena. Su nombre puede resultar amenazador, al igual que su tamaño (12 metros de largo y hasta 15 toneladas). Pero el Rhincodon typus usa su enorme boca como un embudo para capturar plancton, pequeños calamares, peces y crustáceos. En Ecuador, uno de sus hábitats es el norte de Galápagos.

El pez luna o Mola mola también recorre las Galápagos, hacia el oeste, entre Isabela y Fernandina. Otra población es estudiada en la Isla de la Plata, donde se los han visto en arrecifes, a unos 20 m de profundidad como explica el biólogo Guerrero. Por su estructura ósea puede medir hasta 3 m y superar las 2 toneladas.

Esta especie prefiere aguas un poco frías, pero otras llegan por las aguas cálidas. Entre junio y septiembre los mares ecuatorianos son la estadía de las emblemáticas ballenas jorobadas. Estos gigantes recorren unos 7 000 km desde la Antártica rumbo a Ecuador.

Esta especie representa un importante atractivo turístico en balnearios como Salinas (Santa Elena) y Puerto López (Manabí). De ahí la importancia de su protección.

En octubre del 2014, Ecuador participó en la 65ª Reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). El biólogo Gustavo Iturralde, director de Política Intersectorial del Mar, explica que el país dio a conocer el aprovechamiento no letal de la especie, con el turismo.

Iturralde expuso ante la comunidad internacional la normativa que se promulgó en el país en este año para regular la observación de las ballenas. Además, Ecuador se opuso a la propuesta de Japón sobre la apertura de la caza costera de ballenas en sus aguas. El planteamiento fue negado por el pleno de la CBI.

Otro gigante que llega a mares territoriales es la tortuga laúd, la tortuga marina más grande del mundo (180 cm y 500 kilogramos). La UICN la categoriza como críticamente amenazada, pero en Ecuador hay esfuerzos por protegerla.

En septiembre del 2014 el biólogo Eliécer Cruz, subsecretario de Gestión Marina y Costera, presentó el Plan Acción Nacional de Conservación de cinco especies de tortugas marinas, entre ellas la laúd. El proyecto incluye el cuidado de las playas de anidación y el control de la pesca incidental.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), durante los últimos 20 años esta especie enfrenta a la extinción, en especial en el océano Pacífico. Aquí se reportan tan pocas, como unas 2 300 hembras adultas.

Pero Guerrero destaca el rol conservacionista del Ecuador en el cuidado de la megafauna marina. En cuanto a las mantas gigantes, el país es considerado pionero en su protección.

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