Una imagen de varios monos en un parque en Nueva Delhi. Foto: Flickr
Monos en casa, monos en el hospital, monos hasta en los tribunales. En Nueva Delhi, la capital de la India, una plaga de monos se está saliendo de control y deja en evidencia el conflicto entre el hombre y la naturaleza que se está manifestando en todo el país.
En el tribunal superior de la ciudad los empleados están consternados. “Hasta que tengan un plan, los monos habrán tomado el control”, criticaron hace poco a las autoridades locales.
Un policía encargado de la seguridad del edificio asegura que ya no se atreve a subir la escalera porque varios monos Rhesus (una especie de macaco) se instalaron allí. “Tienen asustados a abogados y jueces. Es un caos absoluto”.
Entre las soluciones que encontraron algunos habitantes de Nueva Delhi para alejar a los monos está la de espantarlos con los gritos de otra especie: los monos langures.
Pero como está prohibido criarlos, hay expertos en gritos que los imitan a la perfección. Ravi Kumar es uno de ellos. “No nos gusta golpearlos o cazarlos, porque después de todo son el ejército del dios Hanumán”, explica.
Y es que muchos hindúes veneran a este dios mono. Los monos son considerados sus descendientes. Asustarlos es, por eso, la mejor solución, dice Kumar. “Al mono no se le hace daño y se resuelve el problema”.
Más de 20 000 monos Rhesus fueron trasladados a una zona protegida a las afueras de la ciudad. Pero eso tampoco ayudó mucho. Los macacos siguen generando caos en su nuevo entorno. La zona protegida está sobrepoblada y los monos, que allí son bien atendidos, se reproducen rápidamente.
Roban comida, entran en las casas y destrozan las tiendas. La plaga de monos no sólo es molesta sino que puede ser mortal.
En el estado de Odisha un mono se llevó un bebé recién nacido de manos de su madre. El pequeño fue hallado luego muerto en una fuente. Pero estos monos agresivos son sólo un aspecto del creciente conflicto entre hombre y naturaleza que vive la India.
El rápido crecimiento de la población en el país de 1 300 millones de habitantes y el desarrollo industrial desplazaron a los animales de su hábitat natural. Por eso, las noticias de tigres o leopardos que atacan animales en los pueblos no son algo extraordinario.
Los elefantes aplastan las cosechas y las serpientes se instalan en los baños. Los animales salvajes y los bosques fueron desatendidos en el marco del desarrollo económico, explica Arinita Sandilya, de la organización ambientalista Wildlife SOS.
Este desarrollo tiene un precio muy alto: elefantes y tigres matan cada año en la India a unas 500 personas, según Mayukh Chatterjee de Wildlife Trust of India. Y las serpientes matan anualmente a unas 55 000 personas. Al mismo tiempo, cada año se matan cientos de elefantes. Son atropellados por trenes o mueren electrocutados en los cercos electrificados.
Decenas de leopardos son víctimas de linchamientos, ya que los felinos se vieron obligados a buscar en las plantaciones de caña de azúcar un nuevo hábitat.
En todas partes, el hombre y los animales parecen estar enfrentados. Los intentos de controlar a estos animales “problemáticos” hasta ahora no tuvieron éxito.
De hecho, los monos parecen llevar la ventaja. “Aquí no sólo llevamos adelante batallas legales. También tenemos que luchar contra estos bichos”, dice el abogado Anees Taj, que asegura que ya fue mordido en una ocasión. “Tiran nuestros expedientes, roban anteojos, ensucian mesas y atacan a las personas que tienen algo de comer”.
Desde hace años que el Gobierno no hace nada, se lamenta una abogada. Desde 2001 hay una petición circulando por diversas instituciones, pero hasta ahora el Gobierno no decidió qué ministerio debe encargarse de los monos.
Según Suresh Chandra, jefe de la agencia veterinaria de Nueva Delhi, hay muy pocos cazadores de monos, a pesar de que es bueno el pago. Y los estados vecinos se niegan a aceptar a los monos cazados, sostiene Tarun Johri, de la oficina de forestación. Sólo queda la opción de esterilizarlos. Para ambientalistas como Chatterjee es muchas veces la agresividad de los seres humanos lo que hace escalar este conflicto.
Los animales son responsabilizados por conflictos en regiones que hasta ahora eran de ellos, señala. “Deberíamos recuperar los bosques, para que los animales tengan suficiente alimento y espacio para vivir”, señala también el veterinario Suresh Chandra. “La solución está en controlar nuestras acciones. Nosotros los seres humanos tenemos la culpa”.