En un barrio en el sur de Quito, la Pizzería Di Angelo acumula clientes todos los días desde las 17:30. Su horario es nocturno y su servicio exprés. El movimiento de comensales es continuo. Una mesa que queda libre, no tarda más de un par de minutos en ocuparse de nuevo. Y las pizzas salen una tras otra para calmar el voraz apetito.
Se espolvorea harina en el mesón, a vista de quienes llegan hasta el local. Las masas aparecen una tras otra, se estiran, se alistan, se llenan de salsa. Después se cubren de queso y finalmente es el turno de las guarniciones: jamón, pepperoni, salami, piña, champiñones…
La Pizzería Di Angelo salió de una cadena que existe en Latacunga, cuenta Lilian Reyes, al mando del negocio que tiempo atrás perteneció a quien fuera su esposo. Ella es maestra de profesión y por causas de fuerza mayor tuvo que asumir el mando del local.
La masa de la pizza se hace todos los días. Se prepara con harina, mantequilla, ajo y otros ingredientes. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO
El lugar, que no tiene más de siete mesas, se abarrota de familias y jóvenes que llegan para saborear una pizza de calidad a costos asequibles. La orden se hace directo en el mostrador, que funciona también como mesón y área de cocina. No hay cartas ni meseros, solo una lista de ingredientes desplegada en un letrero para que cada persona arme la pizza a su gusto.
Reyes señala que sus preparaciones se destacan por la calidad de los productos que se emplean al momento de cocinar. Utiliza insumos de marcas reconocidas, de embutidos por ejemplo, para potenciar el sabor del conjunto.
Otra característica especial de su pizzería es la elaboración de la masa, esta es de corte casero y se emplean algunos ingredientes que difirieren de la receta original, como ajo y mantequilla, para marcar la diferencia. La masa es precocida y se prepara desde cero todos los días.
Para la degustación se opta por una combinación típica, jamón y champiñones, y la opción personal, un pedazo contundente. El chef Alfredo Salazar reconoce la elaboración artesanal y menciona que la masa resulta ser de tipo galleta. Sin embargo, el queso se ve opacado por el exceso de orégano y la falta de salsa afecta el gusto del conjunto.
La calidad de los embutidos se nota al saborear el ‘slice’ y la cantidad de ingredientes es la ideal, menciona el experto. Al lugar lo identifica como una pizzería de paso, de barrio– para abastecer a los vecinos de la zona- y que ofrece un servicio cordial, pero a la vez informal.
Precios: Desdes USD 1,50
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