De Vallina, ganador en las competencias de piano de Valencia (1994) y Guernika (1996), la crítica mundial destaca su profunda visión del drama musical, su inconfundible ligereza, su enorme poderío expresivo y su deslumbrante paleta de colores. Foto: EFE/ Ricardo Maldonado Rozo
El pianista cubano Mauricio Vallina se refirió el miércoles 13 de enero de 2016 en la ciudad colombiana de Cartagena a las dificultades que afrontan los artistas latinoamericanos para lograr el reconocimiento en la música clásica.
“El camino de la música clásica para los músicos de nuestras latitudes es muy difícil“, manifestó en una conferencia de prensa Vallina, quien participa en la décima versión del Festival Internacional de Música de Cartagena.
El artista lamentó que “desgraciadamente todavía se mira mucho en el mundo la carga genética”. “Cuando nosotros los latinos vamos a tocarles su música los europeos nos miran como diciendo: Cómo se atreven? La van a tocar mejor que nosotros?”, apuntó.
Vallina se graduó con Diploma de Oro en La Habana y en el conservatorio Tchaikovsky de Moscú fue destacado como el único latinoamericano que hace parte de la lista oficial de alumnos eminentes.
Su virtuosismo ha sido comparado con el del fallecido pianista cubano Jorge Bolet. De Vallina, ganador en las competencias de piano de Valencia (1994) y Guernika (1996), la crítica mundial destaca su profunda visión del drama musical, su inconfundible ligereza, su enorme poderío expresivo y su deslumbrante paleta de colores. Según este pianista, el repertorio que se escucha actualmente “es muy repetitivo”.
“Suelen poner las mismas óperas todas las temporadas, los pianistas dejan de tocar lo que no está escrito y se dedican a las obras famosas para adquirir un reconocimiento internacional”, subrayó.
Y es debido a esto que Vallina vive en la constante búsqueda de lo que calificó como “obras raras”, pues es la manera en la que puede llevarle al público un sonido fresco, “algo que no han escuchado, algo que van escuchar tal y como es por primera vez”.
“Al interpretar estas músicas raras el provecho es que el público las recibe frescas, es decir, recibe una obra que no está preconcebida”, explicó.
Vallina consideró que a la “música clásica hay que defenderla y hacerla llegar y entender”. “Es simplemente una cuestión de códigos, de códigos que hay que darle a las personas para que puedan entrar a ese mundo de la música clásica”, opinó.
El pianista cubano hace parte de los artistas internacionales, entre ellos el director español Jordi Savall y el italiano Rinaldo Alessandrini, que participan en este festival inaugurado el pasado 8 de enero y que culminará el día 16.