Ahorrar tiempo y dinero es la estrategia que utilizan los ‘personal shoppers’ para poder construir la nueva imagen que solicitan sus clientes.
Gabriela Carrión recurrió hace un año a la empresa Sista & Co. que se dedica a la asesoría personal y ofrece el servicio de ‘personal shopper’. Su necesidad era lograr una imagen profesional. Pues sentía que le hacía falta después de haber terminado la universidad.
Ahí entran en escena los asesores de compras personalizados. Para Andrea Maag, asesora de imagen y ‘personal shopper’ de los locales de Club Moda, esta profesión busca sacarle mayor partido a la imagen del cliente. “La idea es que lo que compren les haga sentir seguros y favorecidos”, explica. De esta forma el cliente sabrá buscar las piezas que le resaltan su contextura y estilo.
Para Carrión, lo más interesante fue que después de esta sesión aprendió lo necesario para hacer sus compras más directas y efectivas.
Las sesiones pueden durar desde una hora hasta tres semanas, dependiendo de los requerimientos del cliente. Aunque cada asesor tiene una dinámica distinta los pasos principales son los mismos.
Todo comienza con una entrevista de estilo. Allí se definen los gustos, actividades y necesidades del cliente. Patricio Nieto, asesor de imagen y ‘personal shopper’ de Sista & Co., cuenta que aquí se ve cómo quiere proyectarse la persona.
El proceso continúa con un análisis de cuerpo o análisis morfológico y un estudio de color que permitirá concretar los tonos y prendas que mejor le sientan a la persona.
Con esto definido se puede acceder al ‘fondo clóset’. Un proceso en el que el ‘personal shopper’ enseña a clasificar la ropa que posee el cliente. Ahí se reconocen prendas que se pueden utilizar constantemente y vestimenta que no va acorde al estilo del cliente.
Para Nieto en este paso, se explica al cliente la versatilidad de ciertas prendas. “Lo importante es educar a las personas en que no hay que gastar tanto para vestirse bien”, cuenta. Después de este estudio se realiza una lista de elementos básicos y faltantes. Con esto se procede a la ruta de compras.
Para la ‘personal shopper’ Verónica Soria esta ruta estará siempre sujeta al presupuesto del cliente. Reconoce que hay variedad de tiendas en la ciudad y por tanto es sencillo ajustarse sin perder el estilo.
Patricio Nieto explica a Daniela Cadena cómo las bufandas son accesorios que permiten realzar los atuendos. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO
Carrión cuenta que a través de esta asesoría logró identificar su propio estilo de vestuario. “Antes pensaba mucho cómo me veía el resto, ahora más que nada recibo elogios sobre mis conjuntos”.
El vestuario destaca la personalidad de la gente, sus gustos y preferencias. Aunque muchas personas consideran que no están proyectando esta imagen. Según Nieto, la mayoría de clientes ha ascendido y su vestuario no refleja el cargo, por lo que acuden a la asesoría, para profesionalizar su ‘look’.
Los ‘personal shoppers’ deben ser personas muy perceptivas –dice Soria-. Pero sobre todo tienen la capacidad de imaginar. Un asesor debe tener la visión para poder combinar prendas nuevas con ropa vieja y crear conjuntos que se adapten al estilo de cada cliente. Son personas que ayudan a encontrar en los detalles el toque perfecto para un vestuario personalizado.