El mono machín blanco que fue rescatado en el sur de Quito. Se cree que era retenido como mascota. Fotos: Cortesía Instituto Tueri
Los parientes más cercanos de la especie humana podrían desaparecer en los próximos 25 a 50 años. Si la deforestación, la caza y la tenencia ilegal de animales continúa al ritmo actual, alrededor del 75% de las especies de monos se extinguiría en las próximas cinco décadas.
Un estudio publicado en la revista Science muestra que actualmente el 60% de los grupos de primates está amenazado y el 75% ya ha disminuido sus poblaciones. La pérdida de bosques relacionada con cultivos de palma, caña de azúcar, soya y arroz es una de las principales amenazas, sobre todo para los primates de África, Madagascar y Asia.
La expansión de plantaciones de caucho en el sur de China ha puesto en peligro al Gibón de mejillas blancas norteño y al Gibón de Hainan. Este último es considerado uno de los más raros y amenazados del mundo.
Según el estudio, el aumento de la demanda de productos provenientes de la palma es una de las causas más actuales de la disminución de las poblaciones de orangutanes de Burneo y Sumatra, al igual que otras especies de monos de África. En estas zonas, un gran segmento de las poblaciones de estos animales se encuentra fuera de las que son consideradas áreas protegidas.
Los autores de esta investigación prevén que el desarrollo del aceite de palma en el futuro también pueda convertirse en una amenaza para los monos que habitan en América del Sur.
En Ecuador, estos animales son una de las especies que llegan con mayor frecuencia a los centros de rescate, tras ser recuperados del comercio y la tenencia ilegal de fauna.
Un mono machín blanco (Cebus albifrons) es una de las víctimas más recientes del tráfico de especies en el país. El animal fue recuperado esta semana en el sur de Quito, por la Unidad de Protección del Medio Ambiente (UPMA) de la Policía Nacional, luego fue trasladado al Hospital Veterinario de la Universidad San Francisco de Quito, para ser evaluado y estabilizado.
Andrés Ortega, veterinario del Hospital de la USFQ, explica que al parecer alguien habría retenido al mono como mascota y lo habrían tenido amarrado en una vivienda. Se cree que el animal mordió su correa y esto le permitió escapar. Personas del lugar lo encontraron y lograron llevarlo hasta su casa, para después llamar a la Policía.
En el hospital veterinario se pudo comprobar que el mono estaba deshidratado, con problemas en su piel y con pocos instintos silvestres, lo que podría revelar que vivió mucho tiempo con humanos.
Esta historia se replica constantemente, dice Ortega. Al Instituto Tueri de la USFQ, desde enero hasta julio de este año han llegado 11 monos rescatados de la tenencia y comercio ilegal de fauna silvestre.
Lo más preocupante, según el veterinario, es que la cifra de monos rescatados en solo siete meses de este 2018 es la misma que se contabilizó para todo el año pasado. Hasta el zoológico de Guayllabamba, en lo que va del año, han llegado cuatro monos por estas causas.
La mayoría de estos son aulladores, tanto de la Costa como de la Amazonía; monos araña, monos capuchinos y monos tití pigmeos, que son los primates más pequeños del mundo y su existencia está amenazada. Ortega dice que las personas no saben cómo cuidarlos o alimentarlos, por lo que padecen problemas parasitarios, gastroentéricos y politrautamismos al ser retenidos como mascotas. El impacto más grave es que la mayoría de estos no puede volver a ser liberado tras su recuperación.