‘La fiesta de las salchichas’ hace una crítica sobre la intolerancia en distintos aspectos de la vida. Foto: Captura
Aunque muchas de las cintas animadas que llegan a la cartelera incluyen la etiqueta de familiar, hay ciertas producciones que son pensadas para adultos. Una de las más recientes es ‘La fiesta de las salchichas’, dirigida por Greg Tiernan y Conrad Vernon, que desde ayer, viernes 21 de octubre, está en cartelera en los cines comerciales del país.
En esta cinta, las salchichas y otros alimentos del supermercado sueñan con el momento en que sean escogidos por un cliente, que los llevará al cielo. Pronto descubrirán que el paraíso prometido no es como lo imaginaban y tratarán de advertirles a sus amigos.
Nicholas Hogan es un ecuatoriano que trabaja en animación 3D y fue parte del equipo que produjo esta cinta, interpretada con las voces de Seth Rogen, Kristen Wiig, Jonah Hill, entre otros. Para él, la animación permite contar historias que fácilmente rebasan los márgenes de la realidad.
Es lo que sucede en ‘La fiesta de las salchichas’, en la cual la comida cobra vida para plantear una reflexión sobre la tolerancia y la diversidad en temas religiosos, políticos e incluso de orientación sexual.
Temáticas cuyo tratamiento ubican a la cinta en un segmento para público adulto. “La animación no ha sido exclusivamente para el público infantil”, dice Hogan, respecto de otros filmes que han aprovechado este recurso para tratar temas complejos, como la guerra, la relación entre el amor y el sexo o una crisis existencial.
‘Vals con Bashir’, ‘Persépolis’, ‘Chico y Rita’, ‘Anomalisa’ o ‘Despertando a la vida’ son cintas de diálogos exigentes y escenas explícitas de sexo y violencia, trabajadas bajo ingeniosos y pertinentes criterios estéticos y narrativos.
Desde que se estrenó en agosto en EE.UU., ‘La fiesta de las salchichas’ ha recaudado USD 97,5 millones. Esto demuestra, para Hogan, que la animación para adultos puede ser artística y rentable.