Un grupo de peregrinos ecuatorianos y extranjeros acompañó a Ñaupany Puma durante la grabación de la cinta. Foto: Cortesía Ñaupany Puma
La ‘Profecía de Munay’ es la nueva película ecuatoriana del director Ñaupany Puma. Según él, su propósito principal es transmitir la necesidad urgente de cambiar la forma de relacionarnos con nosotros mismos y con el planeta.
Munay es una palabra kichwa que significa ‘energía creadora del corazón’, es decir el amor puro y equilibrado. La cinta gira en torno a un peregrinaje que se realizó por sitios energéticos del norte de Manabí, del cantón Cuenca y de Tena, en la Amazonía.
Según Puma en sus películas busca la conexión con la naturaleza, donde nació su inspiración y creación para plasmar sus obras. Todas las etapas de la producción -desde el desarrollo hasta la posproducción– se han hecho en medio de la naturaleza.
“Es allí donde han convivido tanto los protagonistas como el equipo de producción durante varias semanas, aprendiendo también que la naturaleza puede ser nuestro hogar”.
Hace 30 años empezó con pintura y escultura en madera, cerámica y piedra, y desde hace una década incursionó en el cine. Desde entonces ha realizado tres largometrajes y más de 15 cortos, que están publicados en su cuenta de YouTube.
La ‘Profecía de Munay’, dice Puma, fue producida totalmente en reservas de naturaleza virgen, sin acceso a la electricidad, sin embargo, se ubicaron paneles solares para proveer de energía a los equipos.
El proyecto empezó hace un año y se inspiró en las leyendas ancestrales de los incas que vivieron en Tumpipampa, la actual Cuenca. “Ellos contaban que en el futuro habrá caos y confusión, que la estamos viviendo ahora. También predijeron que hay un camino para sanarnos y encontrar una paz interna”, señala Puma.
Para él, es necesario recordar que en América se vivió por miles de años una conexión espiritual entre el ser humano y la Madre Naturaleza, con la cual mantenían un equilibrio y bienestar.
En la cinta se sigue una ruta ancestral del Ecuador, que conduce por tres lugares energéticos. A Puma le acompañó un grupo de peregrinos ecuatorianos y extranjeros.
Cerca de un año duró la producción de la película, que tiene un estilo de documental. Allí participaron 16 personas entre peregrinos y equipo audiovisual. “Vivimos momentos tan mágicos y profundos… y algo de la magia de la naturaleza se pudo captar y deseamos compartirla”, destaca el director Puma.
Otros de los objetivos es que los espectadores tomen conciencia sobre la importancia de convivir con la naturaleza, “con pequeñas o grandes acciones que transformen y mejoren la vida”.
Este trabajo fue presentado el pasado 19 de este mes en el Complejo Arqueológico de Pumapungo, ubicado en el Centro Histórico de la capital azuaya. Allí se realizó una ceremonia ancestral.
Posteriormente, se presentó en Guayaquil y hace una semana se efectuó el preestreno en la capital ecuatoriana. El lanzamiento oficial se cumplió el viernes pasado en todas las cadenas de cine del país.
Puma señala que después iniciará un recorrido por diferentes países de Latinoamérica para proyectar este documental, ya sea en cines o centros alternativos que buscan transmitir este tipo de mensajes. Esta cinta tiene una duración de 81 minutos.