En el estudio se encontraron 238 partículas de microplásticos en el tracto gastrointestinal de 26 especímenes de 14 especies que son consumidas por los humanos en la región. Foto: cortesía Tamyris de souza.
La basura en los océanos tiene mayor alcance. Las más de ocho millones de toneladas de plástico que van a parar cada año a los cuerpos de agua del mundo están llegando a zonas que antes se consideraban libres de residuos. Tal es el caso del estuario del Río Amazonas, en América del Sur.
Un reciente estudio difundido por el sitio especializado Marine Pollution Bulletin muestra las primeras evidencias de la afectación de los plásticos a los peces que habitan en la costa norte de Brasil. Esta zona ha sido menos investigada en comparación a otros continentes y los ecosistemas como estuarios y ríos cuentan con menos registros sobre el problema que enfrentan por la contaminación marina.
A través de estos análisis se encontraron 238 partículas de microplásticos en el tracto gastrointestinal de 26 especímenes de 14 especies de peces. Tamarys de Souza, oceanógrafa y autora principal de la investigación, explica que esto representa el 30% de la muestra examinada, lo que significa un número “muy grande” de animales que están afectados por este material en la región.
Los peces que fueron recolectados pertenecían a las capturas pesqueras que se realizaron en la zona. Al abrirlos, se encontró que la mayor cantidad de material hallado eran pellets de plástico de un tamaño de 0,38 a 4,16 milímetros.
Lo que más sorprendió a de Souza fue encontrar hasta 50 partículas de microplástico en el estómago de un solo individuo de la especie Caranx hippos. “En ese momento vi realmente la magnitud del problema”, dice. En este grupo de peces se identificó el 40,3% de todas las partículas halladas de este material en el estuario.
Según la investigación, muchos de los peces ingieren los pequeños plásticos de forma intencional, mientras que otros lo hacen accidentalmente, mientras se están alimentando de otros organismos. Al ingresar en los animales, las partículas pueden causar varios daños que van desde su asfixia hasta problemas posteriores en su digestión y su proceso de reproducción.
Aunque no ha sido muy estudiado, uno de los efectos que más preocupa a los investigadores es la acumulación de los químicos provenientes del plástico en el interior de los peces que después son consumidos por la población.
La autora del estudio explica que los peces pueden asimilar los contaminantes provenientes de los plásticos en su organismo y acumularlos en sus músculos, hasta que después ingresan al organismo humano.
En el último Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas, realizado el año pasado, se difundió que el 60% de la población mundial come pescado. Si el nivel de contaminación de los océanos continúa, no se podrán cubrir estas necesidades alimentarias humanas.
De Souza considera que, a través de este estudio, se puede ver cómo la contaminación está afectando a la biodiversidad de la región y puede servir para que las personas tomen consciencia de que este es un problema real y cercano.
Se ha estimado que los productos plásticos finalizan su ciclo de uso después de los 12 meses de su creación. Iniciativas en el mundo buscan el reciclaje de este material.