Patricio Vallejo es el Director del Festival de Artes Vivas de Loja. Foto: Alfredo Lagla/EL COMERCIO
¿El Festival de Loja fue un pedido del presidente Rafael Correa para reproducir el Festival de Aviñón, en el país?
Hay que aclarar que no es una copia. El Festival de Loja va a tener una identidad propia. Hay una referencia y una motivación a partir del Festival de Aviñón y también de otros festivales, como el de Bogotá o el de Santiago, y de los festivales que ya existen en el país. Me parece fantástico que una autoridad como el presidente Correa haya pensado en las artes escénicas.
Se realizaron talleres con artistas y gestores escénicos para generar insumos técnicos para el festival, ¿esos insumos van a ser incorporados?
El proceso de diálogo entre el Ministerio de Cultura y los artistas escénicos es largo. Algunos de los elementos de esos diálogos llegaron cuando asumí la dirección en julio. De esas conversaciones ha quedado la ejecución de un Encuentro Nacional, que se está reformulando para el actual contexto del festival.
¿El Festival de Loja responde a las necesidades del sector escénico en el Ecuador?
Lo mejor que les puede pasar a los artistas escénicos es tener un espacio donde se puedan exponer sus obras. El Festival de Loja suma, no resta. Potencia, genera nuevos espacios y nuevos lugares de interrelación y de intercambio. En el festival no solo habrá presentación de obras sino actividades académicas y de gestión.
¿No cree que habría sido mejor potenciar festivales como el de Manta o el de Cuenca, que ya están posicionados, que inventarse un nuevo festival?
Si vemos como que lo uno niega lo otro, entonces cometemos un grave error. Lo que estamos haciendo es potenciar el desarrollo nacional de las artes escénicas. El Festival de Loja no va a entorpecer, quitar recursos ni a dilapidar lo que ya existía. Si es que todo va por el camino que deseamos, vamos a generar que los públicos de otras provincias sepan quiénes son sus artistas escénicos.
¿El Estado debe ser el productor de este festival? ¿No se está generando una competencia desleal con los actores y gestores independientes?
Esa es una visión que puede ser sesgada. El Estado no es el ejecutor de este festival. Trabajamos con un Comité Curatorial, que es una fórmula del Comité de Gestión que hace el Quito Tiene Teatro. Además, trabajamos con una empresa productora, que es la que va a manejar los recursos. No es la institución la que ejecuta.
¿Cuál es el trabajo que realiza el Comité Curatorial de este festival?
Cuando asumí la dirección del festival, una de las cosas que potenciamos fue la programación nacional. La propuesta definitiva para el festival fue que la participación ecuatoriana se multiplique.
Con el Comité Curatorial que está bajo mi responsabilidad se van a programar, al menos, 26 espectáculos nacionales. 19 de ellos surgen de una curaduría, cuatro por invitación directa y dos creaciones locales en residencia.
¿Quiénes integran el comité curatorial?
Hay académicos como Marcelo Leyton, docente de la Universidad de las Artes; Madeleine Loaiza, profesora de la Facultad de Artes, de la Universidad Central; Juan Andrade, programador del Festival de Cuenca; Luis Mueckay, que viene de la creación escénica; y Oderay Game, que trabaja en la producción independiente .
En un comunicado de la ANAE se señala que Iván Morales salió de este comité porque el festival no responde a las necesidades del sector escénico. ¿Cuál es su criterio al respecto?
Iván (Morales) publicó una carta en la que exponía que su posición personal era seguir apoyando al proceso que habíamos desatado, pero que él se debe a una organización y esta había decidido mantenerse al margen.
¿En qué se van a utilizar el USD 1 160 714 de presupuesto con el cual cuenta el festival ?
Hay un componente muy fuerte que es un fondo para estimular emprendimientos relacionados con las artes escénicas en las provincias que fueron afectadas por el terremoto. A Esmeraldas y a Manabí se van a destinar aproximadamente USD 200 000. El otro rubro fuerte son las participaciones artísticas locales, que suman USD 270 000 y los grupos internacionales USD 170 000.
¿Qué le va dejar el Festival de Loja a las artes escénicas del país?
Creo que el festival pone a los artistas escénicos nacionales en un lugar en el que debieron estar hace mucho tiempo. Entre los legados está el de un territorio nuevo para la exposición de las artes escénicas; un territorio para la difusión de la obra, el pensamiento y la pedagogía escénica. También está la posibilidad de impulsar las próximas ediciones corrigiendo los errores de esta.