Más de 1 000 personas visitaron al Solitario George en Galápagos

El Solitario George fue declarado Bien Patrimonial del Ecuador el 23 de febrero de 2017, su cuerpo permanece en el Parque Nacional Galápagos

El Solitario George fue declarado Bien Patrimonial del Ecuador el 23 de febrero de 2017, su cuerpo permanece en el Parque Nacional Galápagos

El Solitario George fue declarado Bien Patrimonial del Ecuador el 23 de febrero de 2017, su cuerpo permanece en el Parque Nacional Galápagos. Foto: Archivo EL COMERCIO

Unas 1 300 personas visitaron durante el feriado de carnaval, que duró cuatro días, al Solitario George, la tortuga más emblemática de las islas ecuatorianas de Galápagos, cuyo cuerpo, tras ser sometido a un proceso de taxidermia, se exhibe al público en el archipiélago, donde vivió y murió en junio de 2012.

"En este feriado aproximadamente 1 300 personas recorrieron la Ruta de la Tortuga y la sala Símbolo de Esperanza del #SolitarioGeorge", informó el Parque Nacional Galápagos (PNG) en su cuenta de Twitter.

El jueves 23 de febrero de 2017, Ecuador declaró como bien patrimonial al Solitario George, que ha sido ubicado en la sala ‘Símbolo de Esperanza’, en una cámara dotada de un vidrio especial que repele los rayos ultravioleta y dispone también de las adecuadas condiciones de luz, temperatura y humedad, según el PNG.

George llegó el 17 de febrero a Ecuador y el día 23 fue instalado en la sala que se preparó especialmente para que el público pueda ver al animal, último ejemplar de su especie.

Tras ser hallada muerta, por causas naturales, el 24 de junio de 2012, la tortuga fue congelada a 50 grados bajo cero con un cuidado muy especial, para que no se deterioraran sus tejidos, y trasladada a Estados Unidos, donde se le sometió a un proceso de embalsamamiento.

El Solitario George fue el último ejemplar de la especie de la isla Pinta ‘chelonoidis abingdoni’ y, desde su hallazgo en 1971, fue cuidado por Fausto Llerena en el Centro de Reproducción y Crianza de la Dirección del Parque Nacional Galápagos en la isla Santa Cruz.

Los naturalistas del Parque, situado a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas, intentaron muchas veces que el quelonio tuviera descendencia, pero no lo lograron.

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