Francisco, un papa querido por las revistas de estilo

El papa Francisco saluda con los fieles en Guayaquil. Foto: EL COMERCIO

El papa Francisco saluda con los fieles en Guayaquil. Foto: EL COMERCIO

En el 2013, la revista Esquire eligió al papa Francisco como el mejor vestido de ese año. Sus atuendos se caracterizan por la simpleza. Foto: EL COMERCIO

Esta semana llegó al Ecuador el hombre mejor vestido del 2013, según la revista para hombres Esquire. El papa Francisco fue una elección no convencional para una de los medios estadounidenses más influyentes, pero la revista hizo su punto.

En años previos, Bradley Cooper, Chris Pine y Joseph Gordon-Levitt se posicionaron como los mejor vestidos. Sin embargo, sus elecciones de moda no trascendieron las alfombras rojas.

Jorge Mario Bergoglio entiende que la ropa está destinada para expresar el personaje que está detrás de esos atavíos. Así que dejó las capas de piel, los zapatos rojos de cuero, las estolas bordadas, y los anillos y la cruz de oro, que fueron parte esencial del closet del papa Benedicto XVI.

El papa Francisco, por su lado, sorprendió desde el primer momento en el que fue presentado como el nuevo líder católico. Cuando apareció por primera vez en el balcón de la Basílica de San Pedro, Bergoglio vestía un sencillo traje blanco y llevaba la cruz de plata que usó como Arzobispo de Buenos Aires.

Jorge Mario escogió no vestir la muceta roja con adornos de piel de armiño y la estola blanca con bordados de oro -una tradición desde por lo menos la elección del papa Pio XI, en 1922, de acuerdo al artículo 'Clothes and the Man', publicado en America Magazine.

Francisco I se estableció como un Papa de imágenes y el vestido se ha convertido en una parte importante de su vocabulario. La humildad de sus ropas se ha leído como una forma de dar a conocer sus preocupaciones por los pobres. También, estas expresiones quisieron hablar sobre un cambio en la Iglesia Católica.

Milton Calderón, teólogo y sociólogo, asegura que Bergoglio se quiso mostrar como una persona más sencilla y cercana desde el principio. "Sin embargo, el tipo de personas como el Papa actual termina siendo peligrosa", dice.

Calderón explica que es verdad que el papa Francisco usa una estética más limpia que su predecesor (aunque su ropa no ha dejado de ser costosa), habla sobre la ecología, el rol de la mujer en la iglesia, sobre la homosexualidad y critica la pedofilia y la riqueza en ciertos sectores eclesiales; pero su discurso se diluye pues no existen cambios en la Iglesia.

Si bien hay sectores que admiran y aplauden a Francisco, por otro lado -como Calderón aclara-, se quiere ver cambios verdaderos en la Iglesia, que no se queden en discursos ni en sermones de domingo.

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