Pamela Cortés protagoniza la adaptación al musical de ‘Alicia en el país de las maravillas’

La artista ecuatoriana Pamela Cortés es la protagonista en la adaptación al musical de la obra 'Alicia en el país de la maravillas'. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO

La artista ecuatoriana Pamela Cortés es la protagonista en la adaptación al musical de la obra 'Alicia en el país de la maravillas'. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO

La artista ecuatoriana Pamela Cortés es la protagonista en la adaptación al musical de la obra 'Alicia en el país de la maravillas'. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO

La cantante ecuatoriana Pamela Cortés interpreta el personaje protagónico de ‘Alicia en el país de las maravillas’, una adaptación al teatro musical de la novela del escritor británico Lewis Carroll, en una producción en la que comparte escenario con actores de teatro y televisión como Érika Vélez, Lucho Mueckay, Claudia Camposano o Aarón Navia.

“Alicia, como Pamela, no entiende la mitad de las cosas”, bromeó la cantante guayaquileña en un ensayo de una de las escenas de la obra que se estrenará este sábado 14 de diciembre del 2019 en el Teatro Sánchez Aguilar de Samborondón. El musical para público familiar de Daemon Producciones prevé siete funciones hasta el 22 de diciembre.

“El teatro es mi espacio favorito, el teatro musical me apasiona y ya lo extrañaba”, continúo Cortés, que interpretó con éxito a Dorothy, en ‘El mago de Oz’ (2015). “Alicia me ha llevado a recordar cosas de mi infancia y adolescencia, una época en la que nos hacemos tantas preguntas, queremos saberlo todo y entendemos poco”.

Según la artista, Alicia se rebela a la rigidez de las buenas costumbres y a la tiranía de los modales de su época. Y dijo que escenas como las del té, sin pies ni cabezas, son de sus favoritas “porque están todos locos y nos podemos entregar a la diversión”.

“Al final lo que ocurre es que Alicia madura un poquito durante todo este proceso, aprende a tener un poco más de paciencia, tal vez entiende un poco mejor este mundo de adultos en el que hay tantos protocolos que seguir”, indicó Cortés.

La tarde de este viernes 13 de diciembre, la cantante guayaquileña ensayó ante los medios de comunicación una de las escenas musicales junto a Michelle Zamudio (la Liebre de Marzo) y Aarón Navia, el Sombrerero Loco. En la escena incluso el tiempo retrocede.

“El mensaje es que estar loco no es tan malo, que todos tenemos una parte de locura y en está escena entendemos que la diversión es necesaria para la vida, siempre y cuando sepamos que hay momentos en donde se puede ser divertido”, dijo Zamudio. A la liebre le toma 40 minutos para ser transformada gracias al maquillaje, una máscara con dientes de conejo, peluca y vestuario.

La transformación de Navia en el Sombrerero, con una nariz puntiaguda de 10 centímetros de largo, puede tomar hasta una hora y media de trabajo del equipo de maquilladores.

“Tenemos casi todo vendido, sabemos que nos van a ver más de 7 000 personas así que es un enorme reto estar a la altura, que el público venga, disfrute, que se empate con nosotros, que salga cantando y bailando que es la sensación que queremos transmitir”, dijo Navia, quien considera un reto actuar, cantar y bailar en escena por primera vez.

El actor destacó las muchas teatralidades que convergen como un engranaje en el espectáculo, con teatro negro y de sombras, proyecciones en pantalla, títeres de muñeca, marionetas, danza y música.

La música original fue compuesta por Juan José Ripalda. Jaime Tamariz, director de la obra, considera que enfrentarse a personas que piensan distinto siempre es enriquecedor y dice que la obra gira de forma metafórica en torno a ello.

La aventura de la niña que cae por un agujero que la conduce a un mundo absurdo y surrealista, lleno de aventuras y paradojas lógicas, sugiere “aprender a respetar la forma de ver distinto las cosas”, según el director de Daemon.

El musical cuenta con 25 artistas en escena y más de 100 personas en la producción. Tamariz indicó que el mayor reto técnico de la obra es poner en escena el momento en el que Alicia cae por la madriguera, en la transición del mundo real al de la imaginación; cuando se hace pequeña o gigante, un problema que han resulto de “manera creativa” y en el que entran por ejemplo enormes marionetas. 

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