Tras una ceremonia de agradecimiento, los asistentes comparten frutas en un festejo. Fotos: cortesía Municipio de Riobamba y Arte Nativo.
Las pambamesas que se comparten después de las mingas y en los eventos comunitarios especiales incluyen frutas, alimentos andinos y chicha de jora. La comida se coloca sobre ponchos y rebozos que se tienden en el piso, y se considera un momento importante en la convivencia de la comunidad.
En Chimborazo el banquete andino se caracteriza porque incluye habas, mellocos, maíz, papas cocidas y dependiendo de la temporada, granos secos o frutas como capulí y durazno. La pambamesa se decora de formas distintas cuando se trata de una fiesta del calendario andino como el Inti Raymi y el Pawkar Raymi, o cuando se trata de una minga comunitaria o un festejo familiar.
“Para las fiestas sagradas nos preparamos con mucho cuidado. Usamos pétalos de flores de muchos colores o granos secos para dibujar en el suelo la figura de una chakana; la comida se coloca en el centro y la consumimos después de una bendición y agradecimiento”, cuenta Jaime Pilatuña, un yachak de Licto.
Otro acto simbólico importante durante una celebración andina es la ofrenda. Antes de que los participantes puedan acercarse a la pambamesa, los yachaks separan una porción de cada alimento y luego la entierran . “Se trata de devolver a la tierra un poco de lo que nos da. Es una muestra de agradecimiento”, explica Pilatuña.
Niños y adultos disfrutan de una pambamesa en la comunidad La Moya, en Calpi. Fotos: cortesía Municipio de RIobamba y Arte Nativo
En las mingas y festejos familiares las pambamesas son menos formales, pero abundantes. Sobre los rebozos se coloca una mayor variedad de alimentos y se priorizan los que aportan energía a los comuneros, como la maqui máchica, una harina de cebada tostada que se muele artesanalmente y se mezcla con manteca de chancho.
Las jarras de chicha de jora también son abundantes. Esa bebida se prepara a base de maíz maduro y fermentado. Se considera una
“La pambamesa es la muestra más visible de cómo es la vida en la comunidad, hay generosidad y todos comparten lo que tienen. Comer sobre el piso también representa una convivencia directa con la Pachamama, porque la gente se sienta alrededor de la comida y recibe la energía del suelo”, explica José Parco, investigador indígena.
La pambamesa tiene una connotación especial durante el tiempo de las cosechas debido a que cada familia depende de la ayuda de sus vecinos para recoger las espigas de cebada, quinua y trigo. La minga está acompañada del jahuay, un canto ancestral de agradecimiento a la Pachamama.
La pambamesa es el momento más esperado después de un largo día de trabajo.
Las familias se esmeran por incluir platillos sabrosos que incluyan cuyes asados, gallinas o conejos, como una muestra de agradecimiento a sus vecinos y una forma de comprometerles para que vuelvan a ayudarles en la siguiente cosecha.
“Es muy importante prepararse con anticipación para compartir una buena comida. La generosidad de una familia se mide de acuerdo al esmero de su pambamesa”, dice Bacilio Pomaina.
Él se prepara para recibir a comuneros de 10 poblados en su plantación de cebada. La gente colaborará en la cosecha de siete hectáreas mientras cantan el jahuay, y luego habrá una gran pambamesa.