Los padres deben contribuir a que sus hijos aprendan a controlar sus emociones y de igual manera brindarles mucho amor y comprensión. Foto: ingimage
Se avecina el Día del Niño, una celebración en donde los más pequeños de la casa serán los protagonistas de la jornada y esperarán ansiosos recibir los tradicionales regalos. En esta fecha especial, los padres no solo deben pensar en cómo consentirlos, también es necesario que la atención se centre en su cuidado. Uno de los períodos especiales y complejos, a la vez, es el de los dos años de edad. Los expertos mencionan cómo afrontar y qué recomendaciones son las necesarias para aplicar y superar esta etapa.
Los ‘terribles dos años’, como se conoce popularmente este ciclo, es el inicio de independencia del hijo. Es de conocimiento cotidiano que los niños en esta situación pueden presentar comportamientos más disruptivos, sentirse alterados y, en general, se dificulta la interacción con ellos. En otras palabras, empiezan a ser independientes y a manifestar sus gustos y preferencias.
Daniela Vicuña, psicóloga Clínica, resalta que hacia los dos años de vida los niños inician una fase importante de su desarrollo determinada porque han alcanzado algunos hitos clave como: la marcha independiente, un vocabulario más amplio y pueden comunicarse mejor con su entorno.
Los padres, por su parte, también viven una faceta difícil marcada por la nostalgia de que su bebé creció, ya no lo pueden manejar de la misma manera y lidiar con él implica muchos más retos, lo que les puede generar ansiedad.
La especialista recomienda tomar en cuenta, para este Día del Niño, que los padres puedan entender que los hijos están atravesando momentos que suponen para ellos cambios importantes que requieren de apoyo. Sugiere en situaciones difíciles no perder la calma, hacer lo posible por mantenerse en control de la situación y brindarles mucho amor y comprensión para que, poco a poco, aprendan a manejar mejor sus emociones. Recomienda también que tengan horarios específicos de alimentación y de sueño y que el ambiente familiar sea estable.
Si llora y grita para pedir algo es fundamental decirle que será mejor si lo hace con sus palabras y siendo amable. De la misma manera, cuando se muestre alterado porque no puede obtener algo o mantener alguna actividad que los papás no consideran apropiada, será importante ser firmes, pero también acompañarlo mientras se calma. Es preciso hablar con él y decirle, por ejemplo: “entiendo que te sientas triste o que estés enojado, pero lo que estabas haciendo puede lastimarte”, aconseja Vicuña.
Los niños se sentirán más seguros y tranquilos en la medida en que desarrollen un vínculo de amor cercano con los progenitores, por lo que será importante compartir tiempo y actividades con ellos. Darse un lapso para jugar fortalecerá los lazos y permitirá desarrollar habilidades en todas las áreas. Para un niño es básico saber que cuenta con sus papás en cualquier situación y más en esta fecha de celebración familiar.
El hijo requiere consolidar el amor cercano con su ser querido desde los primeros años. Entre los factores que aportan a este vínculo están la estabilidad, armonía en un ambiente familiar tranquilo, conexión y cercanía emocional, oportunidades para desarrollar habilidades y ser más autónomo, con la guía y apoyo de los padres.
Como todo, este periodo de crecimiento en los niños es una etapa y también pasará. La psicóloga expresa que se debe recordar que de ninguna manera el pequeño actúa con mala intención o con el afán de molestar deliberadamente a alguien. Está conociéndose y conociendo el mundo, entre más comprensivo se pueda ser, marcando límites de manera amorosa, se ayudará a reafirmar y construir su autoestima para continuar en el proceso de desarrollo.