Tras una reunión, mantenida este martes 11 de mayo del 2021, con la gerencia del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), del IESS, pacientes trasplantados aseguran que continúan sin respuestas claras a sus necesidades. Se quejan por la falta de entrega oportuna de medicamentos y además por el reemplazo de algunos que, aseguran, les están provocando efectos secundarios adversos.
María Clara Peñaherrera, trasplantada hepatorenal (hígado y riñón), permanece hospitalizada en el HCAM desde hace 15 días. Su padre, Modesto, asegura que una de las posibles causas es que le cambiaron de la medicación, que era fabricada por un laboratorio, por una genérica, con la que no se siente bien.
Otro paciente trasplantado renal es Mauricio Zúñiga, quien asegura que en su última cita de mediados de abril no recibió sus medicamentos inmunosupresores y tampoco le entregaron los que toma para la hipertensión: Atenolol y Losartan.
El paciente del Andrade Marín indica que su tratamiento inmunosupresor puede llegar a costar entre USD 500 y 700, si lo compra por fuera. “Si dejo de tomarlos voy a perder el riñón y tendré que regresar a diálisis”.
Los pacientes aseguran que no son los únicos en esta situación, ya que en el hospital también hay un desabastecimiento de las fórmulas necesarias para quienes se encuentran internados por covid-19. Médicos del HCAM consultados, que pidieron la reserva de sus nombres, confirmaron a este Diario el desabastecimiento.
Hasta el 26 de marzo, el porcentaje de abastecimiento del HCAM fue del 47%, con 290 fármacos en proceso de compra. La provisión de dispositivos e insumos médicos es del 71%, según datos proporcionados por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Este Diario pidió información actualizada sobre este tema al IESS, el lunes 10 de mayo del 2021. Se espera una respuesta.
El presidente de Asociación Ecuatoriana de Pacientes Trasplantados, William Aulestia, dijo que no es la primera vez que tras una reunión reciben la misma respuesta. “Nos dicen: ‘estamos haciendo las gestiones, estamos haciendo los procesos’, pero en conclusión no tenemos medicación”.
El representante de los pacientes señaló que la primera medida que tomarán es seguir presionando “para que los funcionarios que están a cargo del Hospital Carlos Andrade Marín cumplan con sus obligaciones”.
Además recuerda que su derecho está amparado en la Constitución, “que dice que todos los pacientes tenemos derecho a gozar de una buena atención y medicamentos de marca y a tiempo”.
Aulestia dice que ya cuentan con una acción de protección a favor, emitida por un juez, que obliga al hospital a adquirir inmediatamente, de la forma que sea, los medicamentos que están haciendo falta.
Si fuera el caso, al no tener respuesta, el presidente de la asociación asegura que están dispuestos a tomarse el hospital.
“No puede ser posible que los pacientes sigamos atropellados por estas autoridades indolentes. Han tenido meses para poder solucionar este problema y hasta el día de hoy tenemos la misma respuesta: “hay que esperar la autorización del Arcsa o del Sercop”. Y los pacientes no podemos esperar; si nosotros no tomamos hoy un medicamento, mañana podemos enfrentar un rechazo de nuestro cuerpo al órgano trasplantado y eso va a generar que nos hospitalicemos o en el peor de los casos hasta perdamos la vida”.
De alrededor de 5 000 pacientes trasplantados que hay en el país, Aulestia asegura que unos 250 atraviesan problemas por la falta de medicinas.