La Pachamama y su dimensión curativa

Celebración Pachamama. Foto: EL COMERCIO

Celebración Pachamama. Foto: EL COMERCIO

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Este 1 de agosto se conmemora el Día de la Pachamama o madre tierra. En esta fecha se realizan diversos eventos, especialmente en América, para recordar la importancia de la conservación del ecosistema.

En el imaginario andino, la Pachamama es vista como el ente que produce, bendice y engendra la vida en el mundo. Representa a la tierra en su conjunto. Es concebida como la madre que nutre, protege y sustenta a los seres humanos.

Las comunidades originarias le rinden homenaje para reparar el daño que el hombre le hace a la tierra, al tiempo de agradecerle por los alimentos que les ofrece. A lo largo de la historia, el uso que se le dio a la tierra como tal fue diverso. Desde emplear las virtudes del lodo termal volcánico para tratar la piel, hasta comer barro como un ritual sanador.

Los denominados baños de barro son en la actualidad una práctica común. Y en la parroquia Baños de Cuenca, en el Azuay, sus beneficios son promocionados como rejuvenecedores. Quienes lo usan aseguran que el lodo, en sus variantes roja o azul, actúa sobre el envejecimiento cutáneo, la sequedad, deshidratación y flacidez de la piel.

La ingesta de tierra, conocida como geofagia, también se usa en varias civilizaciones para supuestamente darle nutrientes al organismo. Pero estudios realizados por antropólogos y exploradores ponen en duda su efectividad.

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