La imagen de la osa de anteojos fue capturada por miembros del personal que trabaja en el Teleférico. Foto: Cortesía Paulina Alquinga
Una osa de anteojos con sus dos cachorros ha llamado la atención de turistas, rescatistas y personal del Teleférico de Quito. Según el director del Centro de Operaciones de Emergencias del Distrito Metropolitano (COE), Christian Rivera, desde hace dos semanas se ha visto a la familia de osos recorrer las faldas del volcán Rucu Pichincha en busca de comida.
Santiago Molina, especialista en osos de anteojos, maneja la teoría de que han subido hasta los páramos atraídos por la achupalla, pues puede que en los bosques, como cada verano, el alimento sea escaso.
Estos páramos forman parte del Corredor de Osos del Noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito. Molina cuenta que aún no se ha estudiado el sur del Corredor, sin embargo, al norte se han registrado 50 osos. Es la tercera vez que Molina recibe un reporte de la presencia de estos mamíferos en la zona del Teleférico.
“Normalmente estos osos pasan la mayoría del tiempo atrás del Pichincha donde se conservan grandes territorios de páramo”, dice el especialista. No obstante, añade que el hábitat de estos animales se ha visto reducido y tal vez por eso aparecen tan cerca de las áreas pobladas de la zona.
En los próximos días, Molina junto con el COE realizarán unas charlas informativas y de educación al personal del Teleférico. También se iniciará el monitoreo de los animales para saber por qué se encuentran en esa zona y si se trata de osos que no habían sido registrado anteriormente.
Rivera hace un llamado a la ciudadanía para que se comunique con el ECU 911 si ven a los osos. Además pide no acercarse a ellos ni alimentarlos para preservar la seguridad de la madre y sus oseznos. “No hay que olvidar que es un animal silvestre; siempre hay que tener una distancia, especialmente cuando hay una hembra con crías”, advierte Molina.
El oso de anteojos es el único úrsido que existe en América Latina y es endémico de los Andes. Se encuentra amenazado por la destrucción de su hábitat y por la cacería. Se calcula que existen alrededor de 2 000 individuos en Ecuador, pero son estimaciones vagas por falta de estudios.