Ópera infantil de Cuenca ‘El quinde, el fuego y el gigante’ canta en kichwa

La ópera infantil está conformada por 60 niños, de entre seis y 16 años. Foto: cortesía.

La ópera infantil está conformada por 60 niños, de entre seis y 16 años. Foto: cortesía.

La ópera infantil está conformada por 60 niños, de entre seis y 16 años. Foto: cortesía.

‘Kinti, Nina, Hatunpash’ es el título en kichwa de la ópera infantil denominada ‘El quinde, el fuego y el gigante’. La obra musical, que fue traducida a esta lengua ancestral, forma parte de un aporte de la Orquesta Sinfónica de Cuenca en el marco del Año Internacional de las Lenguas Indígenas, declarado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), con el fin de llamar la atención sobre la pérdida de estos idiomas.

La encargada de traducir la obra fue Senaida Pomavilla, una kichwa hablante oriunda de Cañar que también es profesora de la Universidad Nacional de Educación (UNAE).

La docente afirma que trabajó conjuntamente con los músicos y compositores y que le tomó casi un mes adaptar la obra, ya que no se trata de una traducción literal del texto.

“Más que en la traducción, tuve que centrarme en trabajar con las personas que hicieron la música, para buscar términos que se adapten al ritmo y sonido, porque hay palabras que son más cortas en kichwa que en español y viceversa. Tenía que buscar sinónimos; sin embargo, esto no cambió el sentido de la obra, lo que se escribió en español está en kichwa”, enfatizó Pomavilla.

Señaló que, además de la traducción, se contó con el asesoramiento de otra maestra kichwa hablante, para la enseñanza de esta lengua a los 60 niños, de entre seis y 16 años, que conforman el grupo.

“Esto fue nuevo para nosotros, el coro ha cantado en otros idiomas, pero nunca en kichwa, sin embargo, los chicos se acoplaron muy bien”.

Agregó, además, que el aprendizaje como tal de la letra para adecuarlo a la ópera, les tomó dos semanas, puesto que se trabajó de manera conjunta con la música y con la puesta en escena.

La obra, del libro homónimo, estuvo dirigida por el maestro y compositor Jorge Oviedo.

La historia está basada en las creencias de la Amazonía y en la tribu de los shuar, que necesitan del fuego como un sustento de vida, pero este es robado por un gigante.

Tras esto, la gente que habita en el lugar convoca a un sabio, el colibrí, que se propone rescatar el fuego, convenciendo al gigante que deje de ser “malvado” y lo regrese.

Pomavilla calificó la experiencia de “enriquecedora e interesante”, porque “la mejor forma de aprender el kichwa, es mediante el canto”.

María Eugenia Arias, directora del Coro Infantil del Conservatorio José María Rodríguez, destaca que el compositor Jorge Oviedo, plasma “ritmos como el yumbo, el sanjuanito, el danzante y el pasillo”, en varios pasajes de la obra.

La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura y Patrimonio, del Colegio de Artes José María Rodríguez, el Conservatorio Superior José María Rodríguez, Editorial Sinfonía y de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

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