La miniserie web fue grabada en una hacienda en Pallatanga, provincia de Chimborazo. Foto: Cortesía Buzz media
La historia se centra en José, que es interpretado por el actor guayaquileño Christian Cabrera, un ganadero ambicioso que debe tomar una decisión respecto de sus prácticas productivas cuando un peón de su hacienda le pide ayuda.
Una parte de la carne que produce se desperdicia, desecha el suero de leche de su hacienda y usa prácticas desleales para mantener precios artificiales, según cuenta sobre el personaje Andrés Seminario, quien escribió la historia. Hasta que lo toca la desnutrición de su ahijado, hospitalizado…
‘Onceavo mandamiento: No desperdiciar’ estrenó su primera entrega el pasado miércoles 5 de junio y emitirá cada miércoles los restantes nueve capítulos -cada entrega de hasta cinco minutos-, a través de la página web homónima y en sus redes sociales. También actúan en los papeles principales Pedro González (como Manuel, el trabajador), Hugo Abril (el cura) y Doménica Cevallos (la doctora).
Las prácticas comunes en el campo incluyen desperdiciar 20% de la producción de carne y productos lácteos a nivel mundial. “Las cifras frías son insuficientes, buscamos conectar a la gente con la problemática a través de una historia con la que se involucre emocionalmente”, indicó Andrés Fernández, productor ejecutivo de Buzz Media, que ya emitió en televisión el programa de conciencia ambiental sobre el cuidado de los mares, ‘Planeta Azul’ (Ecuavisa, 2017).
Hugo Abril (izq.) y Christian Cabrera, actores en una escena. Foto: Cortesía Buzz media
La cultura del desperdicio ha sido censurada por el papa Francisco, por lo que los productores juegan en el título del seriado con la posibilidad de elevar el “no desperdiciar” a mandamiento, aunque ya les han advertido que el número cardinal que le corresponde al número 11 es en realidad undécimo y no ‘onceavo’.
La actividad pecuaria aporta a la generación de gases de efecto invernadero (un 3,9% de las emisiones generadas en Estados Unidos en el 2016). Pero a los productores de la miniserie les inquieta más el tema del desperdicio del suero de leche, el remanente líquido obtenido durante la coagulación de la leche en el proceso de fabricación del queso.
“Si eres un ganadero pequeño que no tiene la capacidad de almacenar o aprovechar el residuo, simplemente lo botas al río y más allá de botar comida, estás contaminando, porque el contenido proteico es tan grande que los peces no lo pueden soportar”, dice Seminario.