Alfonso Cuarón (centro), acompañado de su hija Bu y Olmo (der.) durante la gala de los premios Oscar el pasado domingo 24 de febrero del 2019. Foto: EFE.
Cuando Alfonso Cuarón ganó el Oscar como Mejor director el pasado domingo 24 de febrero del 2019, agradeció no solo a su equipo cinematográfico, sino también a México, a sus raíces, a su familia y especialmente a uno de sus hijos: Olmo. El público -conformado por colegas y leyendas de Hollywood– lo despidió con ovaciones. Olmo desarrolló un talento innato para la producción audiovisual y lo muestra en una serie de videos que postea constantemente en su cuenta de Instagram.
Olmo, de 13 años, llamó la atención de los seguidores del Oscar por los gestos particulares que hizo cuando acompañaba a su padre. Para él es común, pues padece autismo y, como parte de la patología, suelen tener esterotipias, que son movimientos que se realizan sin propósito y repetitivos en ocasiones. Suelen generarse debido al exceso de estímulos, como pude haber sucedido al enfrentarse a cientos de personajes públicos y artistas.
Pero la enfermedad, que le fue detectada poco después de haber cumplido dos años y medio, no es un limitante ni mucho menos. Olmo es un adolescente creativo que construye sus obras en técnicas como el ‘stop motion‘ y el uso de plastilina para moldear a sus personajes.
Él las comparte para los más de 24 000 seguidores que observan sus creaciones en Instagram, que comenzaron a difundirlas después de su aparición en la alfombra roja de los Oscar.
Fue Alfonso Cuarón quien, en el 2008, habló públicamente sobre la patología de Olmo. En diálogo con la agencia Notimex, el cineasta dijo: “Yo tengo un niño con esa condición y puedo decir que afortunadamente tengo los medios económicos y el acceso a especialistas y por lo mismo he dejado de trabajar, suspendí todos mis proyectos para dedicarme a mi hijo”, dijo en ese entonces el ganador de tres premios Oscar.