Los países europeos, como España, fueron los principales afectados por las olas de calor durante el año 2019. Foto: Efe
Olas de calor más intensas y duraderas están cada vez más presentes en todo el planeta. Aunque en Ecuador no se ha registrado oficialmente este fenómeno, los registros de los últimos cinco años muestran que la temperatura más alta que se ha alcanzado en el país ha sido 37,4° Celsius.
Un reciente informe del servicio europeo Copernicus reveló que el año 2019 fue el segundo más caliente de la historia y en esta década se alcanzaron niveles récord de temperatura. Si la tendencia continúa como hasta ahora, el 2020 no escaparía de esta realidad.
En estos primeros días del año, Australia ya ha experimentando uno de los efectos de las altas temperaturas y de los meses de sequía que se viven en este país. Aunque los incendios son comunes en la zona, los científicos afirman que en esta ocasión han sido más fuertes de lo normal. El año pasado, el país registró nuevos récords de temperatura. La máxima promedio llegó a los 41,9° Celsius.
Según la Organización Meteorológica Mundial, si las emisiones de efecto invernadero continúan aumentando, para mediados de siglo las temperaturas promedio de verano podrían ser hasta 4,5°C más altas que ahora.
Rasa Zalakeviciute, investigadora y docente de Ingeniería Ambiental de la Universidad de las Américas, explica que el cambio climático ha ocasionado que este tipo de eventos ocurran con mayor frecuencia. En el pasado, por ejemplo, las olas de calor se evidenciaban en dos ocasiones durante el año. Ahora pueden aparecer hasta seis veces.
La Oficina Meteorológica de Reino Unido realizó un estudio que demuestra que esta zona ahora tiene 30 veces más probabilidades de vivir una ola de calor en comparación con el año 1750. Países como República Checa, Eslovaquia, Austria, Andorra, Luxemburgo, Polonia y Alemania también registraron récords de temperaturas en el 2019.
Zalakeviciute explica que las olas de calor ocurren cuando se supera en alrededor de 5°C la temperatura máxima normal de un lugar. Estas cifras deben mantenerse por al menos cinco días seguidos.
Luis Maisincho, investigador del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), coincide en que el cambio climático está amplificando la intensidad y duración de estos eventos. En el pasado, las olas de calor estaban presentes durante algunos días. Con el tiempo, la duración se extendió a semanas y ahora el fenómeno puede durar meses.
En Ecuador, dice, no se han experimentado olas de calor. Han existido episodios de temperaturas récord, pero están dentro de los rangos normales históricos. El año pasado, la máxima para Ecuador se registró en Coca. El 22 de septiembre del 2019, esta zona alcanzó 36,8°C.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunció que para el primer trimestre del 2020 se esperan nuevas olas de calor en América del Sur, que pueden tener consecuencias mortales. Ante esto, Maisincho explica que este fenómeno se presenta tradicionalmente en verano, pero en Ecuador no existen estaciones marcadas. En el país solo se hace una división entre época seca y húmeda. Por eso, dice, es difícil definir una ola de calor en los países de la región.
Un análisis hecho por Zalakeviciute en Quito muestra que la temperatura promedio más alta entre 2004 y 2010 alcanzó los 14°C. Entre el 2011 y el 2019 se elevó en casi 1SDgr.
Actualmente, el Inamhi cuenta con una herramienta que permite hacer un pronóstico estacional para los próximos tres meses. Los resultados muestran que hay una tendencia a que la temperatura se incremente hasta marzo. Al no contar con estaciones climáticas definidas en el país, se está trabajando en la creación de una metodología específica que permita establecer umbrales de temperatura. Con esto se podría evidenciar claramente la existencia de olas de calor.